Pero luego de que el sábado había admitido que la Iglesia irlandesa "fracasó" en las últimas décadas para detener la catarata de casos, este domingo la elogió por "la honestidad y la integridad" con la que está afrontando actualmente la prevención y la atención de las secuelas de este flagelo. Al punto que consideró que ella "puede ofrecer a toda la sociedad un ejemplo y una llamada".

Francisco vino a Irlanda para presidir una nueva edición del Encuentro Mundial de las Familias, un mega evento que la Iglesia realiza cada tres años en una ciudad distintas con el fin de promover una institución que considera clave. Pero su paso por estas tierras (de apenas 34 horas) estuvo signado por los casos de abuso sexual, ya que Irlanda fue uno de los países más afectados y porque un espeluznante informe reciente de la Justicia de Estados Unidos reactualizó el tema. Además de que potenció reclamos como que la Iglesia no sólo expulse a los curas abusadores, sino también a los obispos encubridores.

De hecho, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, le pidió el sábado que "las palabras vayan seguidas de acciones", al presentarlo ante representantes de la sociedad civil. En ese sentido, le solicitó que utilice su "posición e influencia" para que las víctimas "obtengan verdad, justicia y curación, aquí y en el mundo". A su turno, Francisco admitió el "fracaso" de los obispos y superiores por no haber "afrontado adecuadamente" estos casos. Y, saliendo de su texto, afirmó que está empeñado en librar a la Iglesia de ese flagelo, sin importar el costo moral o la magnitud del sacrificio que provoque.

En medio de una fuerte lluvia que se abatió por la mañana sobre Dublin, Francisco había empezado el día domingo con una visita al santuario de Knock, distante 200 km de la capital del país, epicentro de la fe mariana irlandesa, que también había visitado Juan Pablo II durante su visita de 1979. Miles de personas (aunque menos de las previstas) lo esperaban con vítores bajo un cielo encapotado y llovizna esporádica. Tras su arribó en medio de cánticos y el agitar de banderas irlandesas y papales, el Papa entró al santuario y se arrodilló delante de la imagen de la Virgen para rezar y meditar en silencio unos instantes.

Luego, pronunció un mensaje en uno de cuyos tramos aludía a la cuestión de los abusos: "Rezando delante de su imagen le he encomendado de modo particular a todas las víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia en Irlanda. Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse por las historias de los menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia y se les ha dejado una cicatriz de recuerdos dolorosos".

"Esta herida abierta -agregó- nos desafía a que estemos firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y de la justicia. Imploro el perdón del Señor por estos pecados, por el escándalo y la traición sentida por tantos en la familia de Dios. Pido a nuestra Madre Santísima que interceda por la curación de todos los sobrevivientes de abuso de cualquier tipo y que confirme a cada miembro de la familia cristiana con el propósito decidido de no permitir nunca más que estas situaciones vuelvan a repetirse".

De regreso a Dublin concelebró una multitudinaria misa en el Phoenix Park a la que asistió medio millón de personas, una concurrencia relevante, sobre todo tras la intensa lluvia que cayó por la mañana, pero mucho menor que el más de un millón que asistió a la que ofició en el mismo predio Juan Pablo II. Los casos de abusos, pero también los cambios culturales llevaron a muchos irlandeses a alejarse de la Iglesia en el país más católico de Europa.

Ni la lluvia impidió que la gente se acercara a la misa que dio Francisco (EFE).

Recibido con una multitud entusiasta, la misa constituyó el cierre del Encuentro Mundial de las Familias. La noche anterior, decenas de miles habían participado del llamado Festival de las Familias en el imponente estado Croke Park, donde (además de las canciones) Francisco escuchó vibrantes testimonios de matrimonios, entre ellos uno de Irak que estuvo tres años en un campo de refugiados.

El pedido de perdón del Papa

"Pedimos perdón por los abusos en irlanda, abusos de poder y de conciencia; abusos sexuales por parte de miembros cualificados de la Iglesia. De manera especial pedimos perdón por todos los abusos cometidos en diversos tipos de instituciones dirigidas por religiosos y religiosas y otros miembros de la Iglesia", expresó.

"El Señor mantenga y acreciente este estado de vergüenza y de compunción, y nos dé la fuerza para comprometernos en trabajar para que nunca más suceda y para que se haga justicia". Amén. Y continuó: "Pedimos perdón por los chicos que fueron alejados de sus madres y por todas aquellas veces en las cuales se decía a muchas madres solteras que trataron de buscar a sus hijos a los que les habían alejado, o a los hijos que buscaban a sus madres, decirles que "era pecado mortal. ¡Esto no es pecado mortal, es cuarto mandamiento! Pedimos perdón".

(Clarín)