El viernes estalló un escándalo en la Organización de Naciones Unidas como no ocurría en mucho tiempo. La agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) anunció que despidió de manera efectiva a varios empleados.

¿El motivo? Investigaciones preliminares indican que estos trabajadores del organismo internacional participaron directa e indirectamente en los ataques genocidas del movimiento islamista Hamás del 7 de octubre contra Israel, donde 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría.

Los despidos tuvieron lugar luego de que recibieran información confiable y verosímil de las autoridades israelíes, que le proporcionaron al organismo «información sobre la presunta participación de varios miembros» de la agencia «en los espantosos ataques del 7 de octubre«, indicó el comisionado general de la Unrwa, Philippe Lazzarini, en un comunicado.

A través de la UNRWA, las Naciones Unidas, con donaciones de todos sus países miembros, envía bienes básicos y enormes cantidades de dinero a la Franja de Gaza, en concepto de ayuda humanitaria, pero según ha denunciado Israel repetidamente, esta ayuda cae en manos de Hamás, que controlan con puño de hierro la Franja y desvían estos fondos a sus ataques terroristas.

Ahora, no solo reciben ayuda monetaria, sino que los propios miembros de la UNRWA que se encargan de llevar las donaciones a la Franja de Gaza, ayudaron materialmente a llevar a cabo los ataques contra Israel, empuñando un rifle y sumándose a los escuadrones de la muerte que se infiltraron al sur israelí.

Se cree que alrededor de 200 empleados estuvieron implicados en el ataque, de los más de 13.000 empleados que la UNRWA tiene desplegado en Gaza, donde supuestamente participan de acciones humanitarias, en hospitales y campos de refugiados, pero evidentemente no todos.

Algunos de los identificados se estaban desempeñando como profesores, enfermeros o trabajadores sociales. Varios de ellos fueron acusados de cruzar hacia Israel el 7 de octubre. Se tiene evidencia que participaron de un secuestro de una mujer, de ayudar en la captura de un soldado israelí muerto y otros de abrir fuego contra civiles que se trataban de refugiar en sus casas cuando se percataron del ataque.

«Para proteger la capacidad de la agencia para prestar asistencia humanitaria, he tomado la decisión de rescindir inmediatamente los contratos de estos miembros del personal y poner en marcha una investigación con el fin de establecer la verdad sin demora«, apuntó Lazzarini.

«Cualquier empleado de Unrwa que haya estado involucrado en actos de terrorismo será responsabilizado, incluso mediante acciones penales«, añadió.

«Estas espeluznantes acusaciones se producen cuando más de dos millones de personas en Gaza dependen de la asistencia vital que la agencia ha estado proporcionando desde que comenzó la guerra«, indicó Lazzarini.

«Cualquiera que traicione los valores fundamentales de las Naciones Unidas traiciona también a aquellos a quienes servimos en Gaza, en toda la región y en otras partes del mundo«, añadió, según recogió la agencia Europa Press.