La abstención fue la vencedora en la farsa electoral de Nicolás Maduro
Anoche luego de cerrar los comicios, tanto la oposición como analistas internacionales estimaron en un bajísimo 18,33% la participación de los venezolanos en las urnas, muchos de ellos fueron obligados a participar. Esta cifra representa tan solo 3.800.000 electores, de un padrón de más de 20,7 millones registrados en el Consejo Nacional Electoral. Es el porcentaje ofrecido por el Observatorio contra el Fraude, creado ante la poca transparencia del Gobierno de Venezuela.
En sus declaraciones a la prensa, Nicolás Maduro dijo que había que votar en este quinto proceso de la era chavista para elegir una nueva Asamblea Nacional. «No hay excusas para no salir a votar (...) tenemos que sacarnos de encima esa Asamblea nefasta que trajo la plaga de las sanciones», aseguró Maduro acompañado por su esposa Cilia Flores, el jefe de campaña, Jorge Rodríguez; el ministro de Petróleos, Tarek El Aissami; y la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Maduro hizo una llamamiento a los venezolanos que «acaten los resultados de este proceso histórico». Reiteró que lo que hizo la Asamblea saliente fue «dirigir una traición a la patria, que nos llevó a una situación difícil».
El dirigente opositor y proclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, aseguró ayer que la población venezolana está rechazando el «fraude» de las elecciones legislativas en Venezuela no yendo a votar a los centros de votación. «En este centro de votación de la parroquía Macuto (estado La Guaira) normalmente hay muchísima gente cuando hay votación. Hoy lo que hay es un fraude en nuestro país que se rechaza claramente en las imágenes, en los videos (...). Este centro de votación ya en 2015 ya les voy a pasar una imagen para que contrasten», afirmó Guaidó en un vídeo publicado en redes sociales.
Rechazo internacional a la farsa de Maduro
Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos y la Unión Europea (UE) encabezando la lista, considera "fraudulentas" las elecciones convocadas por Maduro.
El chavismo quería presentar un triunfo en los comicios de este domingo en Venezuela para entregarle al presidente Nicolás Maduro el control del Parlamento, en un proceso que no tiene respaldo internacional y en el que los opositores han preferido no participar ante la censura, y la prácticamente nula transparencia de la elección.
La postura más tajante fue el de la Unión Europea (UE), que en setiembre envió una misión diplomática a Venezuela para plantearle a las autoridades chavistas la posibilidad de aplazar la votación unos seis meses, bajo el argumento de que era muy poco el tiempo que tenía para conformar un equipo de observación este 6 de diciembre,
Sin embargo, Maduro consideró "inadmisible" la petición de la Unión Europea y prosiguió con el proceso electoral "de manera libre y soberana". Por tal motivo, en octubre, la UE anunció que no reconocerá el proceso electoral porque "pudimos constatar que las garantías de transparencia no están reunidas, no están propuestas por el régimen", declaró el ministro francés, Jean-Yves le Drian.
También la Organización de Estados Americanos (OEA), en el marco de la asamblea general desarrollada en octubre, también exigió "condiciones democráticas mínimas" para el reconocimiento de los resultados de las elecciones legislativas.
La OEA, manifestó su apoyo al informe de las Naciones Unidas sobre la crisis venezolana, y remarcó que "es absurdo pensar que los criminales de lesa humanidad que reprimen y eliminan oposición y disidencia puedan organizar elecciones libres y justas".
Otro organismo que expresó su rechazó a las elecciones convocadas por Maduro fue el Grupo de Lima. "Es un mensaje sólido a la comunidad internacional frente a la necesidad de rechazar el fraude electoral que está configurando en Venezuela el régimen ilegítimo de Maduro".
Un total de 16 países americanos, incluidos los miembros del Grupo de Lima, donde no firmaron Argentina y México, hicieron llamamiento "urgente" al inicio de un proceso de transición en Venezuela que permita encontrar una "salida pacífica" en el país, tras denunciar que las elecciones parlamentarias del domingo no fueron legítimas.