La mandataria dijo en un discurso pregrabado ante la Asamblea General de Naciones Unidas que quería denunciar "el acoso sistemático y abusivo que ejerce, desde Argentina, el gobierno kirchnerista, contra las instituciones y contra los valores republicanos en Bolivia".

"Se trata de una conducta que ya describí al hablar de las castas populistas, castas que no dudan en utilizar métodos -francamente abusivos- para sostener sus planes, el poder y sus posiciones contrarias a la libertad", señaló la presidenta.

Morales renunció en noviembre del año pasado en medio de violentas protestas que dejaron 36 muertos tras unas elecciones denunciadas como fraudulentas. Después de su salida del país, Áñez asumió la presidencia y su gobierno inició varios procesos contra Morales por terrorismo, fraude electoral, delitos de lesa humanidad y estupro, entre otros.

El miércoles, en un discurso de tono marcadamente ideológico, en el que planteó la disyuntiva de libertad o "populismo caudillista y autoritario", Áñez dijo que no tiene nada contra "el noble pueblo argentino" pero sí contra el gobierno de Alberto Fernández.

La cancillería argentina dijo en un comunicado que "lamenta" que Áñez haya "insistido en procurar involucrar al gobierno argentino, en plena campaña electoral, en la política interna del Estado Plurinacional de Bolivia".

"Esperamos pueda concentrar su energía en la realización de las elecciones presidenciales libres y transparentes del próximo 18 de octubre", dijo la cancillería.