Por María Viviana TorresDra. en Psicologia

LIDERAR en este preciso momento de la historia abre una ventana hacia el abismo de aquello que solo se puede observar, que aparece sin certezas, intangible, que requiere de otros marcos para generar pensamientos que resulten instrumentos.La relación con el trabajo siempre estuvo sometida al cambio: nueva capacitación, despertar de talentos, los giros que produce la experiencia, la evolución, la necesidad o la edad.Quienes llevan más de 20 años en el mismo trabajo manifiestan, en este momento, una especie de fuerte apesadumbramiento, no importa todo lo que ese trabajo se haya modificado en el transcurso de sus vidas. Es el contacto con el tipo de “objeto” con el que se está relacionado en el trabajo, el que va apagando el ímpetu creativo, “más de lo mismo”. El avance de la tecnología ha puesto a algunas de estas mentes a interrogarse, las ha estimulado con nuevos aprendizajes, pero, el estancamiento y la falta de perspectiva respecto de “la salida” produce bruma afectiva y mental.Si quienes llevan más de 20 años en sus cargos lideran equipos, su abrumamiento personal es algo más para llevar “sobre los hombros”, tienen dificultades para inspirar a otros, para seguir y avanzar con estas limitaciones.Hay un alto porcentaje de jóvenes entre quienes contamos algunos líderes, mentores, influencers, ya sea que lleven más de 5 años en su trabajo o que recién hayan sido contratados sus servicios y atraviesen los primeros desafíos, que tienen la sensación de que algo les falta. La ausencia de inspiración resulta en todos los casos algo para tener en cuenta, ya sea que esté en el campo de quienes lideran, mentorean, o generan influencias; como en quienes todos los días acuden a su trabajo con el objetivo de obtener el sustento o encuentran en el mismo la herramienta que sostiene sus proyectos personales.El transcurrir en la misma actividad o en una actividad nueva sin un suelo firme construido por el bagaje de conceptos necesarios acerca de lo que la realidad es, profundiza un sentimiento de vacío, genera sensación de inutilidad, impacta sobre las emociones, sobre el cuerpo y genera incluso una gama variada de enfermedades de las que se han dado en llamar “autoinmunes” o por “estrés”.La familia se impacta, los cuerpos se impactan, las relaciones se impactan, todo parece congelado. El rol de los Lideres es entonces inspirar, transformar la desesperanza, mostrar los hilos de luz de la esperanza, ya sea del hecho de poder crear algo nuevo, utilizar una nueva habilidad o talento oculto, cambiar las relaciones, establecer otro tipo de comunicación. La salida ya no la constituyen el año sabático, la fantasía de vivir en otro lugar del mundo, los viajes, las compras; parece pasar por inaugurar otros espacios de capacitación o estudio, descubrirse en otro rol, formar una familia o tener un hijo. El trabajo puede ser visto, entonces, como aquello que permita darle solidez a estos proyectos. Los líderes también se encuentran atravesados en su cotidiano por la realidad, una realidad que ya no se lee con libros, los libros son meros apuntes que se están escribiendo ahora mismo; de los que incluso ellos tienen un par de páginas a cargo; la comunicación y la cercanía con cada uno de los miembros del equipo, conocer qué lugar ocupa el trabajo en sus vidas, como se enriquecen, se despiertan, vibran con el, es la herramienta para generar esperanza y nuevas visiones acerca de las cosas, desprovistos de apriorismo normativos, juicios o testimonios de experiencias, de discursiva periodística o política; se trata de ver, percibir, integrar la realidad en el andar.www.mudar.com.ar Nos ocupamos de generar herramientas para fortalecer y contribuir con las manifestaciones de las aptitudes, habilidades y talentos de los lideres que necesita el mundo hoy.

LIDERAR TRANSFORMANDO LA DESESPERANZA

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