Algunos sienten que fue ayer y otros que ha pasado una eternidad, pero ninguno ha vuelto a ser el mismo desde entonces. Diez años después de pasar 69 días en las entrañas de la tierra, los "33 mineros de Atacama" luchan contra los fantasmas de la mina y la rabia de saberse desamparados y olvidados.

A las 14.30 horas del 5 de agosto de 2010 el viejo yacimiento de oro y cobre de San José, en el desértico norte de Chile, se vino abajo taponando la única vía de entrada y salida y atrapando a 700 metros bajo tierra a 33 hombres de entre 19 y 63 años.

Una única vía de entrada y salida, una chimenea sin escaleras de emergencia, una grieta que llevaba tiempo abriéndose paso en la roca, unos empresarios más interesados en el "boom" de las materias primas que en la seguridad y una autoridad con poca capacidad para fiscalizar.

Este es el cóctel de negligencias que el 5 de agosto de 2010 provocó el derrumbe en la mina San José. (EFE)