La situación en la Franja de Gaza continúa siendo preocupante, con miles de palestinos teniendo que abandonar sus hogares debido a los bombardeos israelíes. Según la ONU, alrededor de 187.500 personas han sido desplazadas a raíz de estos ataques, lo que ha generado una crisis humanitaria en la región.

La ONU ha denunciado que el asedio impuesto por Israel a la Franja de Gaza viola las leyes humanitarias y pone en peligro la vida de los civiles al privarlos de bienes esenciales para su supervivencia.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha enfatizado que cualquier restricción a la circulación de personas y bienes debe justificarse por necesidades militares, de lo contrario, puede ser considerado un castigo colectivo.

En medio de esta crisis, el edificio que alberga la sede de la Organización Mundial de la Salud en Ciudad de Gaza ha sufrido importantes daños por un ataque israelí cercano, aunque afortunadamente no hubo víctimas entre el personal. 

La falta de insumos médicos esenciales en los hospitales de Gaza, agotados como resultado de los ataques israelíes, ha llevado a la OMS a solicitar la apertura de un corredor humanitario para garantizar el acceso a estos elementos vitales.

Por otro lado, la ONU también ha condenado los reportes de ejecuciones sumarias de civiles perpetradas por grupos armados palestinos y ha instado a su liberación inmediata y sin condiciones. El Alto Comisionado ha recordado que la toma de rehenes está prohibida por el derecho internacional.

La Franja de Gaza, un territorio empobrecido y sobrepoblado donde viven 2.3 millones de personas, ha estado sometida a un estricto bloqueo israelí desde 2007. Los ataques de Hamas en suelo israelí han desencadenado una respuesta militar por parte de Israel, lo que ha causado un alto número de víctimas civiles en ambas partes.