Un devastador terremoto de magnitud 7,4 sacudió la costa de Taiwán, generando caos y destrucción en la región. El epicentro del sismo se localizó frente a la costa oriental de Taiwán, cerca de la capital Taipéi. La profundidad del temblor se registró a 15,5 kilómetros, lo que exacerbó su impacto en la superficie terrestre.

El desastre provocó el colapso de varios edificios en Hualien, una ciudad cercana al epicentro, dejando a muchas personas atrapadas bajo los escombros. Hasta el momento se reportan al menos nueve muertos y más de 700 heridos, aunque estas cifras podrían aumentar a medida que avancen las labores de rescate.

El terremoto desencadenó una alerta de tsunami para las islas del sur de Japón y Filipinas, lo que generó pánico en las zonas costeras. Aunque inicialmente se esperaba que olas de hasta tres metros golpearan la región, posteriormente las alertas fueron canceladas tras la disminución de la amenaza.

El impacto del terremoto se sintió en diversas regiones, incluyendo Japón y China, donde se reportaron temblores y cortes de energía. A pesar de la magnitud del desastre, el sistema de transporte público en Taiwán logró mantenerse operativo, aunque con retrasos debido a inspecciones de seguridad.

Este terremoto es considerado el más fuerte en Taiwán en los últimos 25 años, recordando la tragedia de 1999, cuando un sismo de magnitud 7,6 cobró la vida de miles de personas y causó extensos daños materiales. Las autoridades locales y organismos de ayuda están desplegando todos los recursos disponibles para asistir a las víctimas y gestionar la emergencia.