La Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina y Unicef tomaron los datos de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (Ennys) y la Encuesta Nacional de Salud Escolar (EMSE), para determinar los cambios en la relación que existe entre el estado nutricional y el nivel socioeconómico de los hogares para los chicos y adolescentes, para el período 2012-2018.

Esa información fue cotejada con el patrón de consumo declarado con las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) y un sistema (NOVA) que clasifica los productos de acuerdo al nivel de procesamiento industrial.

El estudio reveló que lo que comen a diario los más chicos está lejos de las recomendaciones diarias en la mayoría de los grupos de alimentos de las GAPA, sobre todo en el de frutas y verduras: su consumo es apenas el 22% de la cantidad recomendada.

El resto de los grupos, como lácteos (leche, yogur y queso), legumbres y cereales, o aceites, semillas y frutos secos oscilan entre el 55,6 y 63,7% de la proporción diaria recomendada.

La única excepción positiva es el grupo de carne y huevo, que alcanza el 99% de la recomendación.

La categoría "opcionales y dulces", que no deberían superar el 13,5% del aporte calórico diario en la dieta infantojuvenil contribuye con un 35%. Son los alimentos ultraprocesados, ricos en grasas, sodio y azúcar que, de acuerdo con los autores del relevamiento, desplazaron en todo el país, edades y nivel socioeconómico a los alimentos considerados más naturales por la baja cantidad de aditivos incorporados.

Los especialistas a cargo del trabajo llamaron a promover políticas para garantizar el acceso a alimentos saludables por parte de toda la población, reduciendo la inequidad en los patrones alimentarios y en el estado nutricional.