En plena pandemia, cuando el mundo se acostumbraba a trabajar en remoto, el músico Thom Yorke y el artista Stanley Donwood, autor de las portadas de Radiohead, tomaron la dirección opuesta a la mayoría y decidieron dejar de intercambiar ideas desde la distancia para iniciar un proyecto de pintura a cuatro manos Encerrados en un pequeño estudio e inspirados por la música de The Smile, la nueva banda de Yorke, ambos comenzaron a crear las veinte obras de gran formato que se exponen en Londres entre septiembre y diciembre, cuya autoría comparten ambos a partes iguales.Aunque con un nuevo giro estético, las obras mantienen elementos que resultarán familiares a los aficionados a Radiohead, como las montañas estilizadas de la portada de Kid A (2000), las ramas retorcidas de The King of Limbs (2011) y los flujos de carreteras de OK Computer (1997)“Poníamos dos lienzos uno al lado del otro y cada persona pintaba uno de ellos. Después de un tiempo, nos los intercambiábamos y seguíamos adelante”, explicó Donwood, cuyo estilo abstracto e inquietante ha definido desde el inicio de su carrera los álbumes de Yorke.El músico ya había participado en otras sesiones creativas con su colega, pero habitualmente era Donwood quien firmaba las obras. “Quien hace aquello que acaba definiendo la obra es el que sigue adelante con ella, y normalmente era yo, porque él tenía que irse a cantar y tocar música”, relata el músico, de 54 años.En esta ocasión, sin embargo, con el disco de The Smile ya grabado y en medio de la parálisis de la pandemia, “Thom tenía más tiempo para pintar”, por lo que ambos colaboraron a partes iguales y “es difícil decir quién hizo qué”, subrayó.

El fruto de esa colaboración se expone en dos exhibiciones distintas, ambas organizadas por la galería Tin Man Art bajo el título The Crow Files. La primera de ellas está abierta hasta este domingo, mientras que del 6 al 10 diciembre se mostrará una segunda serie de trabajos.

Tanto la exposición como el nombre de la banda de Yorke se inspiran en la colección de poemas “Crow” (“Cuervo”), que el británico Ted Hughes escribió a finales de la década de 1960, tras el suicidio de su esposa, Sylvia Plath.Las propuestas visuales de Yorke y Donwood se asientan al mismo tiempo en la fascinación de ambos por los mapas antiguos y encuentran su semilla en una visita a una biblioteca de Oxford donde contemplaron diversas cartas geográficas históricas. Su inspiración llegó a partir de mapas trazados en el siglo XVII por piratas persas, primeros bocetos del contorno de las islas británicas y hasta de guías militares estadounidenses de la década de 1960.

Uno de esos mapas transformados por la visión artística de ambos creadores es “Besuch”, una paisaje abstracto de 90 por 90 centímetros creado con témpera y gouache en el que el espectador contempla las costas de varias islas bañadas por un mar amenazante.

“Hay un gran río, algunas colinas ahí arriba. Todo parece falso. Es casi una tragedia. Hay corrientes, algunas islas, pero no hay información sobre ellas”, describió Stanley Donwood y agregó: “Es un mapa hecho por alguien que no sabe dónde está”.

Fuente: EFE