La Secretaría de Agroindustria de la Nación redujo el peso mínimo exigido para la faena de animales bovinos hembras en 25 kilogramos peso res con hueso y lo llevó hasta los 140 kilogramos peso res con hueso, al tiempo que dejó sin cambios el peso exigido para los animales machos, en 165 kilogramos peso res con hueso.

De esta manera, se redujo el peso exigido mínimo del animal vivo a la hora de ser faenado de 300 kilogramos a 250 kilogramos, diferencia que explicaría un rendimiento en gancho de 140 kilogramos para la res con hueso.

Al argumentar la decisión, la cartera agroindustrial dijo que "la reglamentación considera que la producción ganadera, por razones biológicas, en la conversión de alimentos a carne es menos eficiente en las hembras que en los machos" y que esta característica "hace imprescindible en el engorde de hembras cumplir con ciertas prácticas productivas y de alimentación sin las cuales se producen inadecuadas relaciones músculo/grasa".

Asimismo, agregó que esas prácticas "introducen un costo adicional en la producción de hembras en relación a la de los machos".

Fuentes de Agroindustria consideraron que esta decisión "no afecta la producción global de carnes" y que generará "una mejora en la rentabilidad por mejor aprovechamiento de la eficiencia de conversión y una disminución de la necesidad de traslados de hacienda en diversas zonas ganaderas".

El secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, sostuvo que "hay zonas de la Argentina que por la manera del sistema productivo hacen inviable la terminación de las hembras en los tiempos y manejos productivos de los machos para alcanzar el mismo peso. Es por ello que fue pertinente esta medida, para que la producción de hembras encuentre oportunidades de abastecimiento de los mercados en condiciones económicas razonables".

A favor

A tono con la decisión oficial, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías de Velazco, dijo que en la entidad "festejan" la medida, debido a que es un "paso más hacia la regularización del sector".

De Velazco explicó que "normalmente, el productor destina sus mejores terneras a la reposición y destina a la producción de carne las vacas más arruinadas o chiquitas. La hembra, por una cuestión de fisiología, deposita grasa más rápido que el macho y eso hace que -si se las tiene hasta alcanzar el peso exigido- acumule más grasa que carne, lo que se traduce en una baja del precio del animal".

Sostuvo además, que "tenerlas de 40 a 60 días más en el campo también representa mayores costos, y si se toma en cuenta la tasa de interés para la financiación que hay hoy, se hace más caro".

Y, señaló que la baja en el peso mínimo exigido para las hembras no "llevará a que se faenen más hembras, no tiene nada que ver con eso".

En contra

Con una posición contraria, en la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra) calificaron a la resolución de "irresponsable".

"Con una faena de hembras del 48% en febrero, luego de cinco meses de faenas por encima del 45%, la liquidación de vientres ya es un hecho. En este contexto y sin consulta con todos los actores de la cadena, parece temerario y hasta irresponsable que la Agroindustria resuelva bajar el peso de faena de hembras", advirtió Ciccra en un comunicado.

La medida, aseguró, sirve "para que algunos, muy pocos, hagan un negocio financiero con la vaquillona cada vez más liviana a expensas del resto de la cadena".

Mientras tanto, la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) expresó su "disconformidad" con la resolución. La entidad empresaria, a través de un comunicado, manifestó "su disconformidad y desacuerdo respecto al plazo de aplicación de dicha medida".

"Lamentablemente, una vez más nos encontramos no solo con que no contamos con medidas de mediano y largo plazo que nos permitan generar proyectos productivos y de agregado de valor en un marco de certeza y seguridad sino que, de un día para el otro y sin consenso previo se modifica una normativa que lleva 13 años de vigencia", indicaron desde CAF.