En 1879, el Gobierno de la Provincia de Bueno Aires declara a Sierras Bayas como Reserva Minera Fiscal. El decreto del 30 de septiembre de 1879 creaba una reserva, que sería parcelada y entregada a los canteristas que lo solicitaran en arrendamiento. La reserva se convirtió en fuente de renta para el Estado provincial. Los canteristas debían solicitarlas bajo expediente, el gobierno las concedía a través de escrituras de concesión y a cambio los adjudicatarios pagaban un canon anual por la explotación. Por ese año se encontraban trabajando en canteras y hornos los señores Brizzio, Rizzi, Calegari, Morglia y Anizan.

En su paso por esta zona el mismo año, Estanislao Zeballos describe que la cantera visitada había llegado a 8 metros de profundidad. Los primeros ensayos en la calcinación de piedra caliza dan buenos resultados. Comienza la construcción de hornos de cal. La cal producida durante los primeros años es transportada a la ciudad de Azul, y de allí en Ferrocarril hasta la gran ciudad. De allí su denominación en Buenos Aires como "la cal del Azul". Con la llegada del Ferrocarril a Hinojo en 1883 se reducen las distancias, se mejoran los costos del flete y las entregas de piedra y cal son más seguras y rápidas.

Como consecuencia del desarrollo de las caleras, la población de Sierras Bayas crece. La presencia de familias con niños determina la creación de la primera escuela primaria en 1889 en Boca Sierra y asentamientos poblacionales en torno a las canteras y los hornos. Las casas eran de piedra, algunas con paredes de hasta 50 centímetros de espesor. El decreto anteriormente nombrado en su artículo 11 indicaba que las casas no podían construirse a menos de 20 metros de las bocas de los pozos. Los primeros grupos de peones venían de Azul o Hinojo y se establecían durante la semana para trabajar en las canteras.

Para 1895, el pueblo muestra la forma actual en cuanto al trazado de senderos y calles. Ya se diagrama las que serán más tarde las principales arterias como la calle Roca y la calle Rivadavia. Se proyectan las primeras 12 cuadras de lo que será más adelante el Barrio Pueblo Nuevo. Se conforman dos espacios bien marcados en cuanto a construcciones de casas: en la zona de Boca Sierra y en lo que es hoy la calle Roca y proximidades. Y también existen zonas de alfalfares, de pastoreo, sectores de quintas y corrales, almacenes y reservas de sectores para plaza y edificios públicos, y las reservas para canteras de piedra calcárea.

Los hermanos Mauricio y Alfonso Aust impulsaron activamente la extensión del ramal desde el desvío "Gregorini" a Sierras Bayas y le cedieron al Ferrocarril del Sud parte de la chacra de su propiedad para la construcción de la nueva Estación.

Con fecha 20 de noviembre de 1896, el Ferrocarril del Sud solicita autorización al Poder Ejecutivo, para prolongar el ramal hasta las canteras existentes en Sierras Bayas (9,629 km). Este concede la autorización por Resolución del 26 de febrero de 1897.

Se realiza la construcción del ramal y por decreto del Gobierno de fecha 21 de julio de 1898 se autoriza a librar el servicio de la prolongación a partir del 23 de julio de 1898. La llegada del Ferrocarril marcaría un hito importantísimo en la historia de Sierras Bayas. A partir de entonces comenzaría el desarrollo de la minería a otra escala. Aust viajaría en el tren al Puerto de Buenos Aires a buscar familias para trabajar en las canteras y caleras, y les brindaría casas para establecerse en este suelo ricos en minerales.

Durante las primeras casi dos décadas de existencia del ferrocarril saldría la producción minera local a las grandes ciudades: la creciente producción de cal, toda clase de piedras labradas para veredas, adoquines de granito para pavimento, bloques calcáreos y graníticos para construcciones y revestimientos de muros. Por tren también llegaría el carbón para las caleras.

La actividad en las caleras y canteras conformaran la principal demanda laboral del pueblo. Trabajan en ellas carreros, horneros, ayudantes de horneros, peones, marroneros, caballerizos y barrenistas, entre otros.

Allá por 1910, Centenario de la Patria, Sierras Bayas continuaba su expansión. Además de contar con numerosos hornos de cal, existían la estación de ferrocarril, el hotel, el almacén, la panadería, el destacamento de policía, zona de quintas, y alfalfares. Ya se indica el terreno para la Plaza Central. Los caleros habían instalado cientos de metros de vías de trocha angosta desde las caleras a las canteras para sacar los calcáreos en vagonetas tiradas a caballo.

Comenzada la Primera Guerra Mundial, si bien se vivían momentos difíciles, una firme decisión individual y altruista cambiaria para siempre la Sierras Bayas conocida hasta ese entonces y comenzaría una nueva historia. En 1916, la Compañía Argentina de Cemento Portland se establecía en Sierras Bayas y comenzaba la instalación de la fábrica San Martín. El 11 de febrero de 1919 se despachaba por ferrocarril el primer cargamento de cemento portland San Martín hacia Buenos Aires y así daba inicio otro capítulo destacado en la historia de la localidad de Sierras Bayas.