En el grupo 5 se observó el comportamiento de una variedad tolerante a las sulfonilureas, la NS 5117, y también se presentó la NS 5891 "que es indeterminada y acompaña a otra variedad emblemática de Nidera que es la A 5909 RG", dijo Rossi. En el grupo VI se vieron la 6483 de crecimiento indeterminado y la NS 6448 de crecimiento semideterminado, y en el grupo VII la variedad determinada NS 7211. En el grupo VIII se presentó la variedad indeterminada A 8009 RG y la NS 8282 sobre la que Rossi explicó que "consideramos que va a marcar un cambio muy importante ya que es una variedad indeterminada, con un avance enorme en rendimientos del orden del 10% más que las 8000 y 8100, con una muy buena adaptación a las siembras tardías del NEA".

El día de campo que Nidera realiza todos los años en La Cruz ya es un clásico para la región. La información que allí se genera constituye un fuerte aporte para las decisiones de siembra de los productores debido a que variedades de los grupos IV hasta VIII largo, con distintos tipos de crecimiento, son sometidas a 5 fechas de siembra y densidades, en parcelas de tamaño importante que le dan mayor validez a los resultados de esas interacciones.

Sobre el Tratamiento Profesional de Semillas los asistentes tuvieron la oportunidad de conocer la experiencia de la empresa Yabito, que siembra alrededor de 35.000 hectáreas por año de las cuales dedica a soja entre 12 y 14 mil. Gustavo Holgado, responsable de la producción de esa empresa, explicó que llevan 4 años usando el total de la semilla de soja con el sistema TPS, en los 28 campos de la empresa y con los 26 contratistas que trabajan. "De esta forma ?explicó Holgado-, nos aseguramos que el principio activo de la semilla sea el mismo en todos los campos, reducimos los riesgos del manejo de productos fitosanitarios y facilitamos la tarea del contratista, ya que elimina maquinarias utilizadas para la tarea de curado de las semillas. Desde el punto de vista operativo hemos simplificado totalmente la tarea".

"Por otro lado ?agregó Holgado-, el sistema TPS nos permitió bajar sensiblemente la densidad de siembra. Antes sembrábamos 340 mil plantas de soja por hectárea y hoy estamos en el orden de las 250 a 275 mil, con lo cual bajamos de 70 a 75 kilos de semilla por hectárea a los actuales 50 a 53 kilos. Esa reducción de la densidad de siembra paga tranquilamente el tratamiento, pero el efecto es doble porque además estamos obteniendo mayores rindes".

Sobre el final del la jornada desarrollada en La Cruz, el especialista Juan Carlos Morales, de Aapresid, hizo una amplia y detallada descripción de la problemática que generan los ataques de insectos en el NOA, precisamente hacia adonde apuntan las nuevas variedades presentadas por Nidera.