Mercedes Sosa, la voz de un continente
El 4 de octubre de 2009, la cantora argentina falleció en la ciudad de Buenos Aires y dejó un legado enorme en la música, la política y la lucha por los derechos humanos, tanto en Argentina como en América Latina. A doce años de su partida, recordamos su vida y obra.
Haydée Mercedes Sosa nació el 9 de julio de 1935 -el día de la Independencia-, y fue la cantante nacional con la mayor cantidad de éxitos inolvidables sin ser compositora. Reconocida por sus pares artistas como "La voz" de América Latina, según sus propias palabras le gustó cantar desde su infancia, aunque no esperó nunca dedicar su vida al canto.
Su carrera estuvo marcada no sólo por el talento y el amor por la música, sobre todo por el folklore, sino también por un profundo compromiso con la defensa de los derechos humanos durante la década del ’70, compromiso que implicó su exilio de Argentina y la censura y prohibición de sus canciones.
Sus inicios
Mercedes, "la Negra" como la apodaron, nació en San Miguel de Tucumán, y siempre celebró su ascendencia calchaquí por lado paterno. Su familia vivía en una profunda pobreza, su madre era lavandera en las casas de la ciudad y su padre obrero en los ingenios de azúcar.
Desde los 12 años, Mercedes memorizaba canciones folklóricas que pasaban en la radio, aunque ella recuerda que le llamaron la atención desde pequeña. Su primera actuación frente a un público fue en el colegio, cuando interpretó el himno nacional en un acto y se llevó el aplauso de toda la escuela.
A los 14 años, sus padres viajaron a Buenos Aires, y dejaron a la joven Mercedes al cuidado de sus hermanos mayores. Ella aprovechó esta oportunidad y, animada por sus amigas, se acercó a la radio LV12, donde se llevaba adelante un concurso de canto para voces desconocidas. Se presentó como "Gladys Osorio" para que su papá no la reconociera, tomando "prestados" el nombre de pila de su mejor amiga y el apellido de una compañera de clase.
Mercedes ganó el concurso y siguió cantando en la radio hasta que su padre la descubrió. Al principio, "Don Sosa" le prohibió a su hija volver a cantar, pero tras las insistencias del propio director de la radio, accedió por fin a que ella firmase su primer contrato con la emisora.
Desde entonces, Mercedes tomó clases de canto, hábito que no abandonó en ningún momento de su carrera y que cumplió con el mayor de los profesionalismos.
A los 16 años, era reconocida por su increíble voz en todo San Miguel de Tucumán, sobre todo en las peñas del Partido Peronista, partido al cual su familia estaba afiliada, donde Mercedes solía cantar acompañada del bombo.
Su carrera
El 31 de enero de 1965, la vida de Mercedes Sosa cambiaría para siempre. Durante el Festival Cosquín Folk de Argentina, el cantante Jorge Cafrune la invitó a subir al escenario. Su improvisada actuación fue aplaudida de pie por el público. Desde ese momento, a la cantora comenzaron a ofrecerle increíbles contratos. Su carrera, que abarcaría 60 años, alcanzó nivel nacional e incluso, internacional.
Su primer marido y compañero artístico, padre de su único hijo, la abandonó ese mismo año, pero Mercedes Sosa continuó abriendo sus propias puertas en el mundo artístico, incursionando en nuevos géneros, creando amistades con otros cantantes reconocidos e impulsando su amado movimiento, el "Movimiento del Nuevo Cancionero".
Este incluía a diferentes cantores populares comprometidos con las causas políticas y sociales del momento, y que se hacían eco de estas causas en su obra musical. Abarcaba a todos los países de la región y de Europa.
La carrera artística de Mercedes estuvo plagada de éxitos y de reconocimiento por parte de la gente, la crítica, sus colegas. Si bien todas sus canciones eran reversiones de otras existentes, Mercedes hacía suya cada una de ellas y esa versión se hacía inolvidable.
De acuerdo a quienes la conocían, Mercedes se tomaba muy en serio el proceso de selección de sus canciones, porque para ella debían siempre ser letras que reflejasen tanto su forma de ser y de pensar, como sus ideales y su compromiso con lo social. Debían ser estrofas que resonasen y representasen a su pueblo querido, el argentino y el latinoamericano.
El exilio
Esas decisiones artísticas y políticas fueron las que la pusieron en la lista negra de la dictadura cívico militar que inició en 1976 y concluyó en 1983. La cantora y sus músicos fueron censurados y perseguidos por interpretar "canciones de protesta", por lo que su voz fue alejada de las radios y la televisión argentina.
El 20 de octubre de 1978, Sosa dio su último concierto en suelo patrio antes de ser obligada a exiliarse en Europa. Los militares interrumpieron su concierto en "El Almacén San José", ubicado en La Plata, y detuvieron a Mercedes, al igual que a su hijo y a su guitarrista. Fueron retenidos por 18 horas, donde Mercedes fue insultada y denigrada por su color de piel, su descendencia y su afiliación partidaria comunista.
Luego de vivir ese calvario, la artista, quien además acababa de sufrir el fallecimiento de su segundo marido y había enfrentado una grave depresión por este episodio, dejó su país natal para regresar recién en el año 1982, cuando fue recibida por el pueblo argentino con el mismo amor y respeto de siempre.
La Voz de Latinoamérica
Mercedes Sosa recibió una enorme cantidad de premios y reconocimientos a lo largo de su larga carrera, tanto nacionales como internacionales. Desde el primer momento en el que actuó frente a un público, jamás se alejó de los escenarios, incluso cuando esto puso en peligro su propia vida.
Sin embargo, según la propia Mercedes, su mayor logro fue ser reconocida como "cantora" por el pueblo que la vio nacer. Como decía ella, citando al cantautor argentino Facundo Cabral: "Cantante es el que puede y cantor el que debe".