Mosaicos David

Su titular, Juan Yedro, dio sus primeros pasos en el rubro a los 12 años "sin saber nada del oficio, entré a trabajar a la fábrica de mosaicos Laborde, en la calle San Martín pasando el arroyo. Mirando a los que sabían fui aprendiendo" cuenta agradecido. "Empecé como peoncito, pasé a medio oficial, fui escalando hasta que me dieron mi primera vereda, la más fácil, esas tradicionales amarillas. Después el zócalo, el liso, hasta que comencé con los mosaicos tradicionales champurreados, en las medidas que se hacían en ese entonces; o los negros y los que se usaban en los baños; hasta que llegó el momento de pasar a hormas más grandes".

Cuando volvió del servicio militar, tuvo la oportunidad de ponerse al frente de la fábrica donde se formó, ya que sus propietarios se retiraron. El nuevo nombre elegido fue Mosaicos David, "porque tengo un hijo que se llama Juan David, el otro se llama Cristian Hernán". "En la calle San Martín estuve 36 años, después en Pellegrini y Mitre y ahora estoy en Colón y Corrientes", donde además del showroom está la producción.

Consultado acerca de las preferencias de los clientes afirmó que "la gente elige de todo y también te va pidiendo cosas nuevas, tenés que ir renovándote". "Cada personita tiene su mundo, y a cada cual le gusta un color distinto, y uno lo aconseja según las condiciones o la orientación de la casa, especialmente por el tema de los colores, ya que los tonos oscuros se desmerecen por los rayos solares", señaló. Los productos van cambiando continuamente; y también la matricería. El diseño hoy es ilimitado porque "gracias a Dios la gente me acompaña y yo siempre voy mirando y trayendo cosas nuevas".

  • A diferencia de otras actividades económicas, estos meses han sido sumamente buenos, con mucho consumo: "Trabajamos muy bien" dijo el propietario de Mosaicos David.

Es fundamental mantenerse actualizado e innovar: "Antes se trabajaba la vereda amarilla tradicional, que es la reglamentaria, pero después se empezaron a colocar mosaicos de granito y ahora ya hay cerámico y todo ese tipo de cosas que los van suplantando".

En su nuevo local de ventas, ubicado en avenida Colón y Corrientes, Yedra explica que una de las claves para mantenerse como opción importante en la ciudad es el trato con el cliente. Su stand en el pabellón Azul de la Expo Olavarría ya es un clásico, en esta edición "iba a cumplir 20 años presente", pero no pudo ser por el coronavirus. "La gente te lleva, te orienta, de todos vas sacando algo, me ha ayudado a nutrirme, uno va aprendiendo. Antes, cuando era empleado estaba atrás en la prensa, no tenía contacto con el público. Tuve que ir aprendiendo".

La oferta de Mosaicos David es muy amplia: "desde la vereda tradicional vainilla o amarilla, algo de granito en mosaico hasta los más de 20 modelos de loseta en todas sus medidas 40x40, 50x30, 40 x 60, todos hechos por nosotros" en una amplia gama de colores.

También cuentan con pisos atérmicos para piletas borde L, borde ballena, solarium, símil deck con su variedad de colores en grises, marrones y madera; mosaicos de granito de 40 x 40 para veredas, además de "piedra para frente y piedras naturales provenientes del Norte, de Mendoza, San Juan y San Luis, que se están usando mucho", con diferentes colores y texturas. En su planta propia fabrican también placas antihumedad y en la nueva marmolería realizan mesadas de granito, cortándolas a la medida que requiera el cliente.

Sin dudas el boom por estas fechas es el piso atérmico para las piletas, coincidentemente con los primeros días de calor y la permanencia de la gente en sus casas. "Me sobrepasó la demanda que hay, es tanta que los plazos de entrega no se pueden precisar". Debido a la pandemia, hubo problemas con los materiales para su elaboración, no se entregaba el cemento blanco de España. "Estaba en el puerto y no se entregaba, por eso se retrasó todo. Ahora apareció y estamos abocados a full a eso".

A diferencia de otras actividades económicas, estos meses han sido sumamente buenos, con mucho consumo: "Trabajamos muy bien. Todos los días el local está lleno de clientes. La gente no puede salir de vacaciones y se ha volcado a arreglar su casita, la mesada de la cocina, la vereda, el patio o la pileta. Nos ha sobrepasado la demanda. Yo estoy muy feliz pero es mucho" dice sonriendo. "Ojalá siga así. Estoy muy feliz porque todo esto es muy bueno para toda la construcción, para los albañiles, los ingenieros... para todos. La construcción mueve todo. Nos da la posibilidad de trabajar bien, sin altibajos".