En ese sentido Iparraguirre analiza que el crecimiento de la cantidad de jugadores "tiene que ver con la pandemia y el hecho de estar encerrados. Muchos quieren probar cosas nuevas, salir de lo cotidiano y busca alternativas", dice.

"El vóley tiene compañerismo y solidaridad", describe sobre las principales características del deporte. Por eso el objetivo del entrenador de Barracas es entrenar a sus dirigidos y dirigidas para "hacer que el juego se haga dinámico, entretenido y vistoso, y de esa manera atrapar a quienes quieren venir a practicar".

Respecto a la continuidad de las actividades, Nico Iparraguirre se entusiasma con la posibilidad de tener competencias. A nivel local ya se confirmó un nuevo torneo comercial en vacaciones de invierno y hay una invitación de Coronel Suárez para jugar amistosos con Sarmiento pero todo dependerá de la situación epidemiológica y económica. "Estaría bueno poder hacer encuentros para motivar a los chicos y las chicas, y salir de la ciudad, conocer otros lugares y personas. Ojalá se dé", comenta.

"El vóley es un deporte que estuvo como escondido. Nunca hubo un club que se dedicara a la enseñanza y cuando yo estaba estudiando hice curso para empezar a darlo y darle atención. Hay mucha gente nueva; es un deporte que no se le daba tanta importancia y pueden llegar muchos adolescentes y nenes. Todo deporte bien dado es lindo y vistoso", concluye el entrenador.