Silvana Melo

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Ignacio Montoya Carlotto es otro desde aquel agosto de 2014 pero es el mismo. Mudó de apellidos en el DNI pero su esencia lo envuelve y lo atraviesa en la Loma Negra del paraíso y la chimenea contaminante, en esta vida que es azúcar y veneno, que es paloma y serpiente. Así será el mundo después, piensa. Igual pero distinto. Después del encierro, después del virus. Pacho, como fue siempre y sigue siéndolo, es músico. Y toca en vivo. No sabe cuándo volverá a hacerlo. Los artistas son esa franja social que quedó fuera antes y volverá quién sabe en qué mes del futuro. Todo es incierto. El ofrece sus conciertos semanales por Instagram para un público que lo espera. Compone para ese día. Y de esas inspiraciones surgió "La pared ausente", un proyecto con músicos en todo el mundo. Ignacio habla de cómo viven los músicos, de qué viven, de la posverdad y de su imposibilidad de "discutir con alguien que piense que la economía es más importante que la vida".

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