La madre de Jones Huala reclama 400 hectáreas que hoy ocupa el Ejército, de lo cual se puede inferir que si siguen reclamando tierras, los miembros de la RAM, como dijo alguien, van a terminar integrando la Mesa de Enlace y protestando en contra las retenciones.

Los argumentos con los cuales sustentan el reclamo conforman todo un dilema puesto que de ir hacia atrás en la historia para hallar a sus originales y legítimos propietarios de la tierra sería prácticamente imposible por la misma dinámica histórica. 

O bien estos pueblos brotaron de la tierra como "hojas de hierba" diría Walt Withman, o bien la propiedad sería de otras comunidades antecesoras. como los tehuelches o ranqueles o pampas, por citar algunas. Pero es muy dificil establecer la legitimidad de algún reclamo ya que en América como en todo el mundo las comunidades se fueron dominando unas a otras, no por malos sino por una simple lógica de supervivencia. Esto pasó con los celtas, sajones, godos en todas sus variantes, los hunos, los oltecas, los aztecas, mayas, incas y otros, y si no que pregunten a los diaguitas qué recuerdo guardan del imperio que engendró a Athahualpa o Tupac Amaru. 

La trampa argumental es absoluta puesto que el reclamo sustentado en ser los primeros habitantes de estas tierras sería como reflotar la teoría del espacio vital y la pureza racial, emparentado paradójicamente con una trágica ideología que asoló la europa de primera mitad del siglo veinte. 

El tema es que a ambas razones se las esgrime como si fueran dos axiomas, esto es, verdadades per se que no se pueden probar sin caer en una regresión al infinito. Algo así como probar los porqués una recta es una sucesión infinita de puntos.

Si no se valida la dinámica de la historia y los cambios de propiedad de la tierra por una lógica de supervivencia, pensar en retroceder hasta dar con los más absolutos originarios sería algo así, como se dijo, regresión al infinito.

Porque ¿desde cuando se comienza para establecer los pueblos más originarios? ¿Quienes fueron los primeros que habitaron esas tierras, los Adanes y las Evas que poblaron esos parajes?.

Establecer un punto de partida en la historia es imposible. Porque si se toma la colonización española o criollo-española, anteriormente existieron imperios tan voraces como los mencionados.

Entonces, el reclamo de estas personas es tan dilemático como político, esto es, están sujetos a la cantidad de descendientes de mapuches que se suman a las mismas demandas y a la fuerza política de sus reivindicaciones, lo que no quita que haya un diálogo y un consenso racional y legal sobre la propiedad de esas porciones de tierra, lo cual incluye además una vocación para buscar una integración y una convivencia entre las sociedades en pugna. 

Los miembros de la RAM apelan a un fallo favorable de una jueza de Bariloche con argumentos al menos extraños acompañado por voluntades políticas guiadas por una suerte de adolescencia tardía. En fin, posiciones de un ideologismo pueril que no resuelve nada y profundiza conflictos hasta puntos inconciliables. Pero, si el mismo Presidente se maneja con la misma lógica, ¿cómo asombrarse entonces de tales conductas?.

Multiplicidad vs. unidad

Dentro de ese marco y de este oficialismo confuso existe una oposición que todavía no encuentra la manera de generar una alternativa clara. Sobre ella pesa aún los yerros de Macri y la debilidad de María Eugenia Vidal, quien derrochó una oportunidad de renovar cuando acató el pedido de Macri de no desdoblar la elección en vez de atender la propuesta de alianza de Sergio Massa quien le reclamaba ir juntos pero en una elección aparte de la nacional. Vidal prefirió seguir siendo una "amiguita" buena del Presidente de entonces en vez de una dirigente política en serio. Analizó pésimamente la coyuntura y esta misma la fagocitó. 

Hoy, el Pro se disgrega por la multiplicidad de candidatos frente a un radicalismo que se muestra unido. Por lo tanto, una Paso con tantos candidatos como Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y M.E. Vidal perdería facilmente frente un candidato único del radicalismo que palpita su triunfo en la interna frente a un macrismo que se atomiza cada vez más.

Precisamente, el Pro local podría presentar un candidato y una lista de unidad para no entramparse en los riesgos de dos ofertas que podrían quitarse votos recíprocamente. El candidato cantado es Ezequiel Galli, pero también Dalton Jauregui, con el aval del vidalismo y de Cristian Ritondo, ya estaría armando por si las dudas. El radicalismo todavía no dijo nada pero presentaría un solo precandidato y muchos ya miran a Sebastián Matrella. Y el espacio de la centro-derecha también presentaría a Celeste Arouxet como referente del liberalismo ortodoxo de Espert eventualmente junto con Milei.

Pro-acuerdo, con condiciones

Frente a la multiplicidad de candidatos, el Pro se organiza y toma posiciones. Este viernes, los intendentes de este espacio, se reunieron en Mar del Plata y le marcaron la cancha al gobernador Kicillof. Faltó Horacio Rodríguez Larreta, aunque eso no impidió que los jefes comunales macristas fijaran su posición sobre el acuerdo con el FMI y el consecuente ajuste que se viene.

Allí estuvo Ezequiel Galli, y junto con el resto de sus pares decidieron apoyar el principio de acuerdo pero "si es razonable" y "si la variante de ajuste no sean los municipios", con lo cual se plantaron frente al Gobernador quien podría canalizar el ajuste a través de los intendentes. Algo así como "animemonos y vayan", como diría Arturo Jauretche.

Cristina Kirchner ya dio el primer paso del ajuste. Despidió a 40 supuestos ñoquis en el Senado porque no se habrían conectado por zoom en estos dos años. Son todos radicales de lo que se desprende que los kirchneristas habrían tenido asistencia perfecta de sus asesores. 

Si bien es bueno reducir el gasto político, para la Vicepresidenta, los únicos derrochones serían los del partido opositor, nunca los propios.

Muchos atribuyen estas conductas a su preocupación por las recientes sondeos de opinión en la que ella conserva un 70 por ciento de imagen negativa y un afán de profundizar la grieta que es lo que la mantiene políticamente viva.

Todos pero divididos

En cada espacio existe una batalla de marcas: el Pro contra el radicalismo en Juntos y La Cámpora contra el albertismo en Todos, al menos es lo que intenta hoy el Presidente.

Poco a poco La Cámpora ha ido cooptando al peronismo y no se vislumbra una opción alternativa al camporismo. Al menos no se ha organizado nada y actualmente, cuando actúa algo parecido, lo hace a través de los intendentes.

Pero en general son muy pocos los que se atreven a enfrentar al camporismo. Tanto es así que Eduardo Bucca, a quien algunos apoyaron para armar algo alternativo en la Séptima, ya expresó que su objetivo es generar un armado casi universal en la Provincia para postularse como gobernador. Pero el bolivarense dejó en claro que no quiere generar nada en la Sección y los dejó a todos aquellos que lo ayudaron a llegar al Senado colgados del pincel. Algunos lo califican como un senador "abandónico" utilizando un calificativo parental. 

Y tanto es así que las propuestas peronistas no camporista están abandonando poco a poco el cauce buquista y buscan en Martín Insaurralde un canal para expresarse y plantearse como una alternativa para 2023. Pero la Cámpora se enseñorea como el triunfador y ya ocupó la "colina" del PJ para moverse desde allí con la pretensión de contener a todo el peronismo que hoy busca referenciarse en una alternativa como la de Sergio Milesi, quien continúa armando junto con una facción eseverrista encabezada por Einar Iguerategui, y más de quince gremios locales que también buscan lo mismo. "Si no se mueve Bucca podríamos encolumnarnos con Martín Insaurralde", quien "pinta" como un seguro reemplazo de Manzur en la Jefatura de Gabinete nacional y un Alberto F. totalmente desmarcado de Cristina y la Cámpora y con su propia y discutida "marca", aunque eso parece tan improbable como que baje la inflación.

Gremios, política y género

C.F.

El gremialismo es uno de los actores que ha quedado un tanto desubicado frente al progresivo deterioro salarial y la confusa relación entre los gremios y el poder político. Ya no saben si su rol es el de defender el gobierno kirchnerista o a los trabajadores. Es decir, los dogmas políticos les impiden ver a algunos gremios la propia realidad.

Efectivamente, las paritarias se cierran generalmente por debajo de la inflación y eso es, según opinó el congresal de la Focra en la CGT, Miguel Vales, porque la central obrera "no tiene política salarial. Los dirigentes no se plantan pero nuestro dirigente de la Focra, sí lo hace".

Supone que el enfrentamiento del Soeco y su separación de la Focra, la entidad madre, le va a terminar dando la razón al neoliberalismo que en su reforma laboral propone sindicatos por fábrica, sin federaciones y sin CGT. Pero tiene esperanzas en esta movida que se armó a partir de un reclamo de trabajadoras que pretenden insertarse en el sector industrial. Vales se manifestó "absolutamente de acuerdo con esta demanda de la mujer" y advirtió que a pesar de que "no tenemos compañeras trabajando en Cerro Negro y en Losa, igual apoyo totalmente ese reclamo", subrayó.

El caso Vales es un emblema de esta realidad que viven internamente varios gremios. Se define como "peronista pero igual rechaza el techo salarial que este gobierno quiere imponer, y lo cita a Perón para cuestionar a quienes no defiendan un nivel salarial que emparde o supere el índice inflacionario: "con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes", parafraseó al líder histórico.

Sin embargo, y pese a defender al peronismo, sostiene que la política debe ser otra cosa: "la Focra le hizo paro hasta a Perón porque primero están los trabajadores".

Luego del acuerdo firmado por el Soeco con la empresa en el que opina que se habrían resignado conquistas y derechos, sostuvo que él mismo acompañó pero que luego se retractó cuando vio la dimensión y el alcance del acuerdo. "Sin embargo, por esto mismo fui demonizado por el gremio y si bien habíamos armado una lista para competir en la interna, no lo hicimos por el patoterismo que hubo. Yo mismo fui increpado por un dirigente en la parada de colectivos y nos terminamos yendo a las manos", recordó.

Vales refleja con ello lo que el piensa del funcionamiento interno del gremio que alguna vez integró: "no hay democracia interna y además le entregaron el Estatuto a la empresa para que ésta los acompañara en su tarea de deslegitimarme como congresal de la CGT, y eso es lo que más me duele pero que indica el nivel de confusión que tienen ya que buscan apoyo y la connivencia de la empresa para ir contra un trabajador como lo soy yo".

"Impugnaron al congreso ceramista para elegir dos referentes paritarios del Soeco", recordó, por lo que el enfrentamiento del sindicato con la Federación les quita control y representación en las paritarias.

El terrible enfrentamiento entre el Soeco y la Focra y la ruptura con la organización madre los conduce a cristalizar un famoso apotegma neoliberal de un sindicato por empresa, lo que deja a los trabajadores en una relación de vulnerabilidad frente al poder empresario. En fin, una paradoja que van a tener que resolver.

Una marca para desmarcarse

C.F.

De pronto el país parece estar gobernado por adolescentes tardíos que romantizan el comunismo ruso o chino sin atender las secuelas represivas y de claras violaciones a los derechos humanos que dejaron y por ahí continúan dejando.

Quizás, las actitudes de Alberto Fernández ya configuren una especie de "marca" con la cual, y más allá de su puerilidad, el Presidente buscaría desmarcarse de La Cámpora y plantarse como algo diferente. Consagra, entonces, con esa supuesta "marca" su diferencia con los discípulos predilectos de Cristina.

Dicho sea de paso, Alberto ya no tiene más nada para dar, viene corriendo desde hace tiempo la realidad desde atrás y sin alcanzarla jamás, y de pronto se ha ido transformando en quizás en uno de los más deficientes de la historia o al menos está en esa competencia.

Por lo tanto, al Presidente no le quedaría otra alternativa que la de sintetizar todos sus furcios y ridiculeces en una especie de "marca" o estilo para cristalizar esa diferencia que pretende sostener. Y seguramente de todo eso saldrá el tan mencionado ¿y esperado? "albertismo".

Pero para este presidente, todo vale y no se puede detener antes de caer en el abismo del ridículo. Expresa conceptos de un dirigente de centro estudiantil e incurre en una metodología discursiva mucho más propia de una peña de amigos que de una representación nacional.