Silvana Melo

smelo@elpopular.com.ar

El segundo fin de año en pandemia cruza la fiesta con trazas de angustia e incertidumbre. Un 2021 que llegó vestido con traje de justiciero para sopapear al que se fue. El 2020 negado masivamente, el 2020 como año brutal y vacío que desnudó la fragilidad humana. Ahora se va, el 2021, con la cabeza baja, despedido con el estruendo del fracaso. Un año que comenzó festivo, como casi todos, y se desbandó de virus por obra y gracia de la misma fiesta y de la aureola santa de abril, cuando otra vez la muerte de cristo echó a las rutas a cuatro millones de personas.

La nota completa en la edición impresa de diario EL POPULAR