La enigmática carta de Cristina, historia y mito, Galli y la bestia pop, y peronismo con diversidad
Cacho Fernández / cfernandez@elpopular.com.ar
Ya no quedan dudas de que el problema argentino es menos económico que político. No se tiene muy en claro quien ejerce el poder, si el Presidente o la Vice, qué tipo de régimen político prefieren por la tremenda ambigüedad discursiva de ambos, si están o no de acuerdo con las instituciones republicanas y demás.
Basta repasar las intenciones de Cristina de modificar la Justicia y elegir a los jueces por voto popular para que terminen siendo parte del partido gobernante, su carta desestabilizadora, como también reparar en el NODIO, ese engendro fascista que comandaría Miriam Lewin para el control de la libertad de prensa y del derecho a la libre expresión o las increíbles apologías de Alberto de los actos del inefable Juan Grabois.
Vayamos a la carta de la Vicepresidente. Interpretarla es tan trabajoso como el querer descifrar los manuscritos apócrifos del Mar Muerto o las profecías de Nostradamus.
La exégesis de su publicación requiere un esfuerzo sobrehumano pero se puede intuir que la Vice se quiere desmarcar del Gobierno, al menos de sus errores y quedarse solo con los aciertos.
En primer lugar, un vicepresidente, una institución casi inexistente, que se anime a criticar públicamente al Presidente es porque o bien tiene o siente que tiene más poder o bien se coloca muy lejos de la figura presidencial. Pero suena más aceptable la primera hipótesis en la que en este caso la Vicepresidente supone que la presidencia es de su propiedad o piensa que quien cumple ese rol está por debajo suyo y a su vez es deudor suyo.
Alberto levantaprecios
La crítica nos remite a los actos de Carlos "Chacho" Alvarez cuando decidió renunciar en octubre de 2000 para dejarlo a De la Rúa solo frente a la crisis de la convertibilidad. El Frepaso ya había comenzado su diáspora a poco de andar desertando del gobierno que conformaban con el radicalismo dando muestras de una enorme cobardía o desaprensión. Se encontraron con el poder y no quisieron ejercerlo por temor a la crítica. Así de simple.
Hoy Cristina remeda un poco esa actitud, pero no por no querer ejercer el gobierno sino porque no lo puede ejercer a su gusto y piacere. Tuvo algunas participaciones con la reforma judicial y posiblemente con el NODIO, por citar algunas, aunque también Alberto se hizo cargo de ambos engendros.
La Vice llamó a la unidad y al consenso cuando su preferencia es la cooptación, esto es, la intención de sumar partidos a su espacio para neutralizarlos dentro de una transversalidad rediviva.
Así lo hacía Perón y terminó armando el Frejuli en 1973, espacio en el que no se pudo evitar enfrentamientos paralizadores. Hoy, el Frente de Todos contiene similares contradicciones, y si bien la diversidad es buena, el problema es cuando existen grupos incapaces de consensuar.
La diversidad es imposible si no se tiene un líder que sintetice las distintas posiciones, y si el mismo Perón no lo pudo llevar a cabo, ¿qué pensar ahora con Alberto con su errático proceder?.
El Presidente cree que debe decir lo que su interlocutor desea escuchar. El remate fue el de ayer cuando dijo que en el planteo del monaguillo papal, Juan Grabois, "hay algo serio, razonable", levantándole innecesariamente el precio a un mesiánico ultramontano del siglo diecinueve.
Extorsión rentable
Mientras tanto, a Alberto solo parece importarle permanecer y por ello tira mimos para todos lados. En la Provincia la situación es más extraña todavía, al punto que se llegó a proponer un sueldo o resarcimiento de 50 mil pesos mensuales o 300 mil semestrales para quienes usurpando tierras, decidieran desistir de sus actos.
Vista así, la propuesta es demencial y solo es entendible desde la necesidad de lograr que los usurpadores decidan irse sin haber tenido que utilizar la fuerza pública. Total, después se verá, parece ser el pensamiento oficial.
El problema es que para cualquier persona, esto genera una norma contraria al principio de igualdad ante la ley e inaugura un sistema extorsivo. En fin, no se sabe aún adonde irá a parar este despropósito.
Se podría concluir en que basta con hacer lío para lograr dinero a cambio y el antecedente inmediato fue el levantamiento de la policía hace algunos meses.
Entonces, mientras gran parte de la gestión y de la clase política realiza una exégesis de la carta de Cristina como si estuviese interpretando el Deuteronomio, el Eclesiastés o el Cantar de los cantares, los problemas sociales se van incrementando progresivamente a la par de la economía, aunque la macroeconomía goza de un impasse provocado por una baja del dólar blue provocado por algunas medidas político-financieras y una entrada de dólares frescos a causa de una posible e inesperada venta de cereal.
Efectivamente, algunas fuentes se encontraron con una seguidilla de embarcaciones transportando cereales por las aguas del Paraná inferior, a la altura de San Pedro. "Por cada diez barcos que pasaban, 7 iban cargados de cereal las restantes de combustible". ¿es que hubo un acuerdo oculto de sectores rurales con el Gobierno para vender y proveerlo de dolares frescos?.
Tercera posición
El oficialismo es consciente de la dificil situación económica y de la necesidad de reactivarla. La dirigente del Frente Federal, Compromiso y Cambio, Patricia Bahl así lo confirma al decir que no solo hay limitaciones para hacer política a causa de la pandemia sino también porque la gente está muy preocupada por su economía diaria.
Bahl fue designada como secreetaria de Educación y Niñez del partido a nivel provincial y dice que tiene la orden de armar dentro del FDT, pero que todos son conscientes de la situación que se está padeciendo. "En Olavarría existen unas 40 mil viviendas con otras tantas familias,, reafirma.y el 70 por ciento de ellas se dedica a algún emprendimiento particular para completar su sueldo, o reemplazarlo o directamente trabajar de algo porque no existe trabajo. La situación es muy delicada y la gente está desesperada"
Patricia tiene pensado verla a Marisel Cides, con quien la une "una gran amistad", con "el Tano Stuppia" y asegura que ha sido invitada por Alberto Lestelle a dialogar y que está decidida a responder a esa invitación. "Yo volvi a la política para no enemistarme con nadie pero tampoco me voy a callar la verdadera situación social", expresa de manera desafiante.
En tanto, el ex diputado nacional y secretario de Estado, Alberto Lestelle, dispuesto a volver a la política (aunque nunca se fue) se dedica actualmente a poner su aporte en una agrupación provincial comandada por el ex intendente de Islas Malvinas, Jesús Cariglino, y que según Lestelle, ha recalado en unos "70 distritos".
El espacio se denomina "Evolución Peronista Siglo XXI" y contiene mucho duhaldismo y exponentes importantes del peronismo histórico como Luis Acuña, Mercedes Landa, y no descartan sumar figuras actuales como Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y el mismo Florencio Randazzo quien se declaró "cansado de Cristina" y prepara una tercera posición, lo cual prefigura una fuga de entre 5 y 10 puntos de votos peronistas y kirchneristas para las elecciones que vienen de la misma manera que Espert le quita a Juntos por el Cambio
Cámpora vuelve
Los argentinos, tan amigos de las metáforas, del eterno retorno y de los hechos que vuelven, encontraron en la carta de Cristina una suerte de repetición de Chacho Alvarez seguido de un renunciamiento de Alberto similar al del Tío Héctor Cámpora para permitir el regreso de Perón a la Presidencia.
El pensamiento mítico o metafórico, en donde los nuevos hechos son la reiteración o la metáfora de otros ya ocurridos es una trampa mortal en donde se suicida el futuro y el progreso.
En ese eterno retorno, el tiempo histórico se vuelve circular y se aniquila la novedad histórica como desafío a enfrentar lo incierto. Posiblemente por temor a lo desconocido, los argentinos creen ver en la actualidad una repetición de algo que ya ocurrió y prefigura la reiteración del pasado. Pero el futuro, como cosa nueva y desafiante desaparece.
Es posible que ese sea el sustrato de una mentalidad condenada a repetir erroresy reacea a enfrentar el futuro.
La mentalidad argentina tiene que ver con ese paradigma basado en el pensamiento mítico dentro del cual todo vuelve y nada prefigura algo nuevo. Una suerte de pensamiento azteca que creyó ver en Hernán Cortés algo que ya había sido presentido o dicho y acabaron claudicando a un fatalismo también inventado.
El pensamiento argentino cree ver en Alberto Fernández una suerte de Héctor Cámpora que asume un rol histórico extraño, capaz de inmolarse para dar paso a su referente principal. En 1973 fue Perón, y hoy sería Cristina o su descendiente. Pero el mito se cumplirá de todas maneras porque,como dirían los aztecas, está escrito.
Cámpora fue la hipóstasis de su líder proscripto y le terminó allanando el camino para su retorno triunfal. Alberto sería una suerte de Juan el Bautista que anuncia la llegada de Cristina o Máximo aunque previamente le limpiará el camino para su absolución y su regreso.
En el medio se cuela otro mito, el del impostor desalojado tan presente en la historia universal. En este caso sería Sergio Massa que asumiría luego de una suerte de renunciamientos en cadena para culminar finalmente con su proclamación. El mito se completa con su "sacrificio", por decirlo así, para ungir definitivamente a la/o el esperado. De esa manera la historia como devenir constante e impredecible se vuelve mito y el pasado vuelve retorna con apariencia de futuro.
Tanteando la tropa
La carta pública de Cristina fue interpretada de varias maneras, algunas de ellas contradictorias. Algunas de ellas ya hemos expuesto más arriba, pero también es posible decir que la Vice pudo haber querido tomar distancia del Gobierno plantándose como un poder, (el verdadero quizás) alternativo y de paso observar el comportamiento del peronismo, y ver con quien se alineaban.
La historia registra este tipo de pruebas cruciales. Por ejemplo, los revolucionarios franceses de 1789, observando que el Rey se comportaba de manera dudosa frente a las incursiones austriacas en territorio francés, lo pusieron en la encrucijada de declararle la guerra a ese reino para que de una ver por todas se definiera.
Del mismo modo Perón, frente al ataque del Regimiento de Azul en febrero de 1974, envió un proyecto de ley para endurecer las condenas en delitos por sedición para observar cómo se comportaban los diputados aliados a Montoneros y de ahí sacar conclusiones.
Por ahí Cristina con su carta pretendió definir la interna entre ella y Alberto. La otra hipótesis es la de desestabilizar al Gobierno, algo que también se barajó pero que sería completamente inaceptable porque un debilitamiento mayor de Alberto sería un riesgo para ella misma porque la expondría ante la Justicia. En una palabra, sería algo así como escupir hacia arriba.
El Presidente sintió que se le estaba soltando la mano, pero lejos de perjudicarlo, esto sería una oportunidad para poder soltar amarras y comenzar a navegar sin la tutela o el celoso control de alguien tan fuerte como Cristina.
Todo indicaría que la Vice quiere seguir condicionándole el gobierno cuestionándole ministros que "no funcionan" para reemplazarlos con otros de su gusto.
Alberto captó ese mensaje y le siguió haciendo mimos, buscando agradarle, y eso por ello que acabó levantándole el precio político a Grabois, un outsider que solo parece responderle al Papa. Es más, actúa como un delegado de Francisco, como se solía hacer en la Edad Media, y, amparado en ese poder universal, cree que puede retarlo al Presidente porque cede ante lo que denominó "poderes fácticos".