Cacho Fernández - cfernandez@elpopular.com.ar

La historia viene demostrando que al peronismo se ingresa luego de negarlo, rechazarlo, o de la vuelta de un despecho. Así le ocurrió al radicalismo de Forja y a otros de la transversalidad de Néstor K, a ciertas izquierdas y derechas y le pasará a gran parte del kirchherismo. El ejemplo, ahora es Cristina Kirchner, quien después de rechazarlo, por necesidad y por debilidad lo exhorta al PJ a llevar a cabo a una resistencia contra la Justicia constitucional.

Cristina quiere hacer aparecer que el nuevo enemigo no es Braden ni el imperialismo sino la Justicia constitucional. Su estrategia no tiene límites, su desesperación pero también su vulnerabilidad la lleva a querer convencer que José López no fue su funcionario sino de la gestión que le sucedió. Se lo quiso endosar a Macri pero no puede contra los hechos. Inexplicable y grotescamente se lo quiso revolear al macrismo como López con los bolsos en el convento.

Cristina Kirchner fue un invento de Néstor y de su propio resentimiento. "Ella odiaba a Perón" recordaba Julio Bárbaro. Cristina es un referente político en sí misma y es capaz de volverlos peronistas a quienes hoy lo niegan. Ayer al mediodía los exhortó a continuar con el peronismo y a la tarde los chicos cantaban la marchita frente a su departamento. Hoy es una líder de 25 puntos, pero líder al fin. y propone regresar al peronismo para encolumnar a los gobernadores porque sabe que con esa minoría obediente que tiene detrás le alcanza y le sobra para ganar una interna. Está cada vez más debil, pero sigue yendo por más.

Ajuste y debilidad

A Cristina le convenía el silencio porque su exposición fue lamentable, pero aún así ese mismo día la confirmó como una líder de una ideología diferente, tal vez no peronista pero algo parecido, estatista a ultranzas y capaz de hacer cualquier cosa por el poder, hasta de transformarse en una ajustadora en modo neoliberal, modelo que le avaló a Massa a cambio de que el tigrense le ordenara políticamente el espacio y el poder. Ni ella ni Alberto ya lo podían hacer sin proyecto político creíble y solo Massa le podía devolver ese orden perdido. 

Es cierto que por ahora es todo relato, pero algo es algo. Con su entrismo en el FDT, Sergio pudo domar el dólar y convocar al campo y algunos empresarios. No bastaba con eso, pero el líder del FR tranquilizó las aguas del Frente de Todos.

El nuevo ministro de Economía logró hacerles tragar al "pueblo kirchnerista" el sapo un ajuste brutal dentro de la dieta de los "permitidos del kirchnerismo". 

Puso en marcha un tarifazo sin que se pueda por ahora dimensionar su alcance, un recorte en Salud y Educación que solo Mauricio Macri podía haberlo hecho, pero con la calle incendiada, y la tropa oficialista digirió todo eso pasiblemente y con un acatamiento cuartelero. El recorte vino acompañado por una "guarnición" de una nueva mística basada quizás en una suerte de reconstrucción nacional o consignas parecidas. Una Cristina sumamente debil, vulnerable y perdida le alquiló el poder a cambio de todo ello porque no tenía otra salida para su gobierno.

Indulto y riesgos

En el medio de esa vulnerabilidad se entreveró el tema de un probable indulto o perdón para la Vicepresidente en caso de que fuese condenada y que su condena quedara firme. Todavía falta mucho para eso, pero de inmediato llovieron las opiniones, a favor y en contra. Hebe de Bonafini le salió al cruce al mismo Presidente y le advirtió que pedir o aceptar el indulto sería como admitir el delito, -tiene algo de razón- cosa que la Vice y su gente niegan en virtud de una inocencia sostenida como un dogma de fe.

Pero, por el momento, y astutamente, Cristina decidió contrarrestar el pedido del fiscal politizando la causa y tratando de presionar por esa vía a una Justicia que viene siendo políticamente muy maleable. La acusación le dió a la Vice la posibilidad de revivir la épica peronista de la persecución, al menos la utilizó para ello. 

Esa lógica es la siguiente: Si hay un perseguidor, hay un perseguido, y recíprocamente. En virtud de ese razonamiento existe la víctima que genera un victimario y consecuentemente un salvador/a, un modelo superverticalista e irracional sustentado en el advenimiento mágico de un o una presunto/a mesías que viene a salvar al pueblo del apocalipsis provocado por presuntas persecuciones recíprocas. 

Al borde de la quiebra

Como dijimos el domingo anterior, el club social y deportivo Loma Negra parece tener el candado puesto y solo falta cerrarlo si la empresa continúa con su decisión de dejar de financiarlo. 

La entidad lomanegrense la está pasando muy mal pese a que a la cementera le está yendo muy bien. Según el contador y ex concejal Sergio Milesi, "Loma Negra es una empresa que podría tener una facturación que podría superar los 100 mil millones de pesos, esto es, unos 10 presupuestos municipales en el año. Entonces, el aporte al club sería infimo. la ordenanza permite que otros vecinos hagan lo mismo", dijo. 

Algo similar sostuvo el médico Gastón Seambelar quien se formó en el mismo club -como tantos chicos de la villa- cuando la cementera apoyaba económicamente a la institución social y deportiva.

Milesi advirtió que existe una ordenanza que crea "un fondo para apoyar el deporte y la cultura, que tiene varios años pero que no ha tenido mucho uso porque no se habría entendido la dinámica. La norma dispone que todo lo que una empresa puede aportar a un club puede ser deducido de Ganancias y la mecánica es la siguiente: la empresa dona primero el dinero al Municipio, éste decide qué hacer y esos fondos llegarán a la entidad, en este caso, al club de Loma Negra. Es decir, la Municipalidad actúa de intermediario".

Sobre la pauta publicitaria que la fábrica le pondría al club River Plate, Milesi razonó que "es un absurdo que fondos que se le niegan a una entidad deportiva local, y además de la localidad en donde nació y creció la fábrica, ahora vayan a un club de capital, es decir, desde el interior bonaerense pasan a centralizarse en una entidad que tiene mucho más poder económico que el club de la villa que ahora se lo está abandonando". Tras lo cual sentenció: "éstas son las cosas importantes con la que hay que preocuparse y por varios motivos ya que su facturación ronda unos diez presupuestos municipales y le niega un aporte a una entidad que contribuye al crecimiento de los chicos de la villa. Acá hay un trasfondo social muy delicado con el que hay que comprometerse".

El ex concejal se estaba refiriendo al rol social que debería cumplir una mega empresa que no estaría entendiendo la responsabilidad social que debería tener". Sobrevuela nuevamente ahora la posibilidad de encauzar desde el Concejo Deliberante la intención de llevar la tasa por explotación de canteras a su valor histórico que fue siempre del 4 por ciento y que hoy está por debajo, esto es, un punto menos. Entonces ¿es el momento de intentarlo en el órgano legislativo? ¿No es la oportunidad adecuada para concretar esa reivindicación histórica para los olavarrienses?. 

Las respuestas a estos interrogantes están sin duda en la política y en el compromiso de los representantes del pueblo. Lejos está hoy de ese capitalismo humanista y social que desean los argentinos.

Interna PRO

El ex senador Dalton Jáuregui blanqueó su deseo de presentarse como candidato a intendente para competir en una eventual interna contra Ezequiel Galli, aunque no descartó que su futuro sea el de integrar la lista de diputados de la Séptima o de otra Sección Electoral de la mano de Cristian Ritondo que disputará la candidatura del PRO para gobernador bonaerense.

En este caso la pelea será contra Diego Santilli, representado en Olavarría y en la Séptima por el intendente local, Ezequiel Galli, quien hoy se siente seguro de tener algunas ventajas con el "Colo" por el voto que podría recibir "desde abajo", dicen, refiriéndose al efecto arrastre tanto local como de otros municipios. Los resultados de la interna podrían salir del trabajo que Galli y Jáuregui han desarrollado en la Sección.

En el distrito, habrá paso macrista/vidalista siempre y cuando el jefe comunal no haga un acuerdo con el radicalismo o baje una orden de no competir.

Policía y municipios

Se dice que hay malestar en la Policía por pagos no recibidos de servicios adicionales y que el monto sería significativo. Si esto fuera cierto, el senador Joaquín de la Torre tendría razón con su proyecto de de municipalizar la fuerza pero con los recursos necesarios que debería transferirle la Provincia a cada Comuna para que los intendentes ejercieran realmente el manejo de la seguridad en cada distrito. Hoy el sistema hace agua por todos lados, entonces, ¿por qué no probar con el que propone el legislador del Peronismo Republicano?.

El otro dato es que en el Ateneo Néstor K, eseverristas y ex renovadores cantaron la marchita y vivaron por Cristina K. Como se puede ver, la convocatoria de la Vice produce milagros.

Malditos escraches

El oficialismo y la oposición están colonizados por guerras de egos irresponsables que solo persiguen la destrucción y la eliminación del oponente. Nada más lejano a la política que esto. Se parecen a facciones que luchan en internas de sistemas antidemocráticos y carentes de racionalidad. Los escraches, métodos fascistas si los hay, los utilizan el kirchnerismo como el macrismo. Ambos incurren en conductas fascistoides que son absolutamente antidemocráticas y profundamente destructivas. Los dos grupos duros de ambos bandos de la grieta se parecen demasiado.

En el marco de este escenario tan extraño, los diferentes se parecen demasiado. Elisa Carrió y Cristina Kirchner matan sus aburrimientos y sus frustraciones buscando enemigos, transitorios o permanentes. La última de Lilita fue la de acusarla a Patricia Bullrich de haberla espiado. La chaqueña no tiene paz con nadie y ya parece una quintacolumnista de Cambiemos.

Las pulseadas políticas en la Argentina se parecen más a las de aquellos países con regímes totalitarios o fundamentalistas que a los que tratan de construir un futuro mejor en base a regímes republicanos y democráticos. Los bandos esgrimen doctrinas mesiánicas que no dan ningún lugar a las diferencias o disidencias. Se acusan, se ofenden hasta la destrucción. Los generales de ambas fuerzas se olvidan del bien común pero gozan de modos de vida que no tiene la gente, ¡ni cerca!.

Existe en ellos un placer perverso por los desencuentros y los enfrentamientos. En este Waterloo de la vida, los generales observan la batalla desde colinas lejanas y a salvo del fragor de los combates que libran otros, los que realmente lo sufren.

Como la descripción que hace Stendhal en "La cartuja de Parma", se trata de un Waterloo extraño en el que Napoleón o los jefes ingleses solo sufren balas que pican en el suelo y lejos de todo peligro.

Argentina es y fue siempre eso. Guerras fratricidas en las que el mayor costo lo aportaron quienes menos tienen. Los jefes jamás sufrieron. O se protegieron en sus estancias, o cruzaron cordilleras en camilla o se escaparon o continuaron enturbiando escenarios con las cajas de seguridad o cuentas bancarias llenas de dólares mientras las mayorías se debatían entre las carencias, el hambre, la inflación o el desempleo. La lucha es desigual, los esfuerzos son completamente dispares bajo el simulacro de la "igualdad" o del "patriotismo". La sangre siempre fue derramada en vano. 

En los momentos críticos, son los ricos y poderosos los que se siguen salvando primero, los que se apropian de los botes antes que el Titanic se hunda. Así pasó siempre y seguirá pasando. Y los pobres giles se quedan a sufrirla o deben resignarse a morir ahogados mientras sus jefes se escapan con la plata.

No pega una

El asesinato o el suicidio del fiscal Alberto Nisman sigue dando que hablar. El Presidente cometió el imperdonable error de, primero, no estar informado de la hipóteisis que investiga la Justicia que es la de "presunto homicidio", en la cual Diego Lagomarsino aparece como un presunto partícipe necesario. Sin embargo Alberto habló de suicidio con una manera muy ligera como si banalizara tan trágico episodio de la política argentina.

El Presidente no pega una, tuvo una a favor y varias en contra. Ejerció el coraje cívico de asistir a un canal que no es del palo para una entrevista de una hora y con agenda abierta. Alberto se la bancó y hasta confesó que por ello había sido muy criticado por su propia tropa por ir a la entrevista pudiendo solo atender los medios afines. Pero bueno, Alberto se metió con el caso Nisman y se introdujo en un laberinto más inextricable que el del Minotauro. Ni con las alas de Icaro pudo salir.

Pero el Presidente es así. Puede hacer la gran jugada pero luego erra el gol debajo del arco. No nació para la política y puede ser mucho más útil como lobbista o panelista que como conductor de un proyecto político.