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Vamos transitando la Cuaresma desde el Miércoles de Ceniza... Es un tiempo para aprovechar las oportunidades y vivir una auténtica conversión. La conversión del corazón, ese giro interior hacia Dios tan necesario para afianzar nuestros valores.

Cuaresma 2021 y "doble" Cuarentena, la que litúrgicamente acompañamos al Señor en el desierto que va preparando su entrega y la otra Cuarentena, la del Covid 19 que se va prolongando. En este tiempo, han sido muchas las oportunidades que se nos han presentado para "sacar" lo mejor y lo peor de nosotros mismos -hay que recocerlo con la mano en el corazón, como dicen los mayores-. Este proceso de cambio, conversión y transformación va paso a paso, día a día y nos va mostrando "lo de adentro", lo que hay que erradicar y lo que hay que "regar" para dejar brotar semillas de bien construyendo así fraternidad.

Es un llamado a seguir creciendo y, al mismo tiempo una plataforma adecuada para que Dios con su amor reine en nuestras vidas. ¿Será cuestión de cambiar el Chip y crear oportunidades? ¡Las oportunidades están al alcance de la mano, de tu mano, de mi mano ! Ese gesto oportuno de: "saludar con alegría", "ser agradecido/a", "desprenderse de algo propio en beneficio de quien lo necesita", esto es lo que nos dignifica y sale de nuestro interior y nos hace bellos y bellas .

Cuaresma, al mismo tiempo que nos mueve a la caridad nos habla de ayuno, de abstenernos, no tanto de comer y de beber sino de algo más profundo y constructivo: "ayunar de palabras hirientes para transmitir en cambio palabras bondadosas"; "ayunar de egoísmos para llenarnos y desbordar en actos de bien"; "ayunar de pesimismos para cambiarlos por formas nuevas de esperanza". ¿Qué oportunidad elegís de caridad y de ayuno? ¿Cuales te parecen las más oportunas para ponerlas en práctica con los de casa, los compañeros de trabajo, los vecinos ?

Sigamos... las oportunidades no faltarán. Cuaresma y Cuarentena "doble" es una excelente ocasión para crecer y compartir donándonos. Será una efectiva manera de acompañar a Jesús que se entrega por todos y a tantos que hoy están sufriendo las consecuencias de la enfermedad y de la pérdida de seres queridos. Nos anima el papa Francisco: "¡Qué importante es soñar juntos! [...] Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos" (Fratelli Tutti, punto 8).

(*) Angélica Diez, misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.