Por segunda vez, dictaron la preventiva para un acusado de vender drogas
El olavarriense de 32 años continuará detenido hasta que se lleve adelante el juicio en su contra. Cuando allanaron su domicilio secuestraron marihuana, una carabina y una pistola.
La jueza de Garantías Fabiana San Román resolvió la conversión de detención en prisión preventiva para un olavarriense de 32 años, quien es investigado por la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Fue capturado por última vez a principios de abril, aunque previamente había sido detenido en diciembre y liberado durante el último verano.
En el transcurso de los últimos días el Juzgado de Garantías N.º 1 de Olavarría dictó dicha medida de coerción para Emiliano Rubén Arias, quien fue imputado por el fiscal Lucas Moyano por los delitos de "tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización en dosis fraccionadas destinadas al consumidor" y "tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil".
Arias fue detenido a mediados de diciembre del año pasado, oportunidad en la que se llevó adelante un allanamiento en un departamento ubicado en el barrio Luján, en el que encontraron estupefacientes, elementos de fraccionamiento, armas de fuego y proyectiles. Dicho procedimiento fue concretado por personal de la Subdelegación Departamental de Investigaciones (SubDDI) Olavarría, en el marco de una investigación por una serie de robos violentos que tuvo como víctimas a remiseros y que sucedieron en los primeros días de ese mes.
En ese entonces, la jueza San Román hizo lugar a la requisitoria de la Unidad Funcional de Instrucción Nº 19 especializada en Estupefacientes de nuestra ciudad y dictó su detención, además de que rechazó al menos un pedido de excarcelación presentado por la defensa de Arias. Posteriormente, en enero, la titular del Juzgado de Garantías N.º 1 resolvió la prisión preventiva para el hombre de 32 años, y dispuso que fuera alojado en un pabellón de la Unidad Penal N.º 38 de Sierra Chica.
De todos modos, semanas más tarde Arias recuperó la libertad luego de que la Cámara Penal de Apelación y Garantías del Departamento Judicial de Azul revocara la prisión preventiva y dispusiera su excarcelación, fallo en el que los camaristas hicieron lugar a la apelación presentada por la defensa del olavarriense.
Si embargo, a principios del mes pasado el fiscal Moyano volvió a solicitar la detención de Arias, que fue dictada nuevamente por la jueza San Román y se hizo efectiva en la vivienda del barrio Luján, en Saavedra al 3200, entre Alvaro Barros y Sargento Cabral. El pedido fue presentado luego de que la fiscalía recabara una serie de elementos probatorios que confirmarían que Arias presuntamente se dedicaba a la comercialización de estupefacientes, entre ellos la desgrabación, el análisis de escuchas telefónicas y la transcripción de los mensajes del teléfono celular secuestrado en el allanamiento realizado en diciembre pasado.
Al momento de resolver la detención, en esta segunda oportunidad, la jueza San Román refirió que "existen elementos para sospechar que el mismo ha participado en calidad de autor" por los delitos de "tenencia ilegítima de estupefacientes con fines de comercialización en dosis fraccionadas destinadas al consumidor" y "tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil".
Con estos mismos elementos el fiscal Moyano solicitó la semana pasada la prisión preventiva, que fue resuelta en los últimos días por San Román, por entender que existirían una serie de riesgos procesales por lo que Arias no debería continuar en libertad mientras avanza la investigación penal.
El allanamiento
El allanamiento que originó esta investigación por la que fue imputado Arias se llevó adelante el 17 de diciembre del año pasado en un departamento de Saavedra al 3200, en el que el personal de la SubDDI secuestró alrededor de 40 gramos de cannabis sativa en forma de picadura en un envoltorio de nylon, además de elementos de fraccionamiento y acondicionamiento de estupefacientes, como una balanza de precisión y banditas elásticas.
Asimismo fueron secuestradas en una habitación del inmueble una pistola calibre 22 con tres proyectiles en su interior, una carabina del mismo calibre y un un teléfono celular; elementos que, según los investigadores, serían utilizados para la protección, por un lado, y para la comercialización, por el otro, de la droga hallada.