El alquiler que percibe de la dirección de Escuela se halla totalmente desfasado y no alcanza para cubrir los gastos mensuales de funcionamiento. La propuesta del organismo provincial fue que la Cooperadora cediera el edificio y esto fue rechazado por sus directivos.

La Cooperadora, como titular de la propiedad, mediante un contrato de alquiler percibe de la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE) desde 1995 la suma de 2.169 pesos. Este ingreso hoy no alcanza y los intentos por renegociar su valor de alquiler se ha venido dilatando en el tiempo por parte de la DGCyE.

Su presidenta, Laura Richón, junto con Héctor Saint Martín, y la actual directora, Mónica Risueño, contaron que la propuesta de la DGCyE a la Cooperadora ha sido ceder el edificio, hecho que en la reunión fue desestimado y rechazado de plano. Por su parte, el Consejo Escolar tampoco se hace cargo del mantenimiento por no ser un edificio de la órbita escolar bonaerense, aunque ha mostrado su preocupación por ocuparse y brindar solución al tema, según indicaron.

Actualmente el servicio cuenta con una matrícula de 850 alumnos con tres turnos, donde la cooperadora se hace cargo de lo que la escuela requiere desde lo pedagógico. La convocatoria a los medios de comunicación fue para adelantar el lanzamiento de una rifa, ya que la situación económica se ha tornado apremiante, dejaron entrever.

Sobre los motivos de por qué desde 1995 a la fecha no se ha actualizado el valor del alquiler, Mónica Risueño habló que se han hecho varios intentos de renegociar -hace tres o cuatro años atrás-, aunque no con las respuestas que esperadas, al tiempo de argumentar la lentitud en estas gestiones de la Dirección de Escuelas.

Recordó además sobre este punto que hace pocos años atrás la DGCyE expropió la Escuela de La Madrid, que también era propiedad de la Cooperadora y posteriormente la Justicia falló a favor de la Escuela y la Dirección de Escuelas debió restituir el edificio a la Cooperadora. Con las mismas características había 17 escuelas más en la Provincia que también debieron ser restituidas a sus cooperadoras.

Sus directivos tienen postura tomada sobre de la oferta de no ceder la escuela: "Te desprendés de un problema sí, pero como la Escuela está tan arraigada en nuestra sociedad, a la forma en que nace, nadie quiere desprenderse de ella", reafirmaron.

Laura Richón reconoció que "es todo un compromiso: nuestro que queremos defender lo que ya está, que es lo que corresponde, y de todos porque la Asociación Cooperadora sola no puede", expresó.

Lo concreto es que el edificio -de 3.400 metros cuadrados- tiene chapas con filtraciones, paredes desgastadas y no se pinta desde hace varios años. Héctor Saint Martín recordó que integrando la cooperadora en la década de 1990 se percibían unos 3.000 pesos mensuales que permitía mantener el edificio, comprar materiales y hasta construir.

Analizó más adelante que aplicando la variación del costo de la construcción del Indec - creíble o no- "habría que multiplicarlo por 9 y tendríamos que recibir 27.000 ó 28.000 pesos por mes como mínimo, que permitiría cubrir los gastos y subsistir, pero la Dirección de Escuelas siempre se negó a actualizar estos valores sin tener en cuenta la necesidad de la institución", expresaba.

Planteado el panorama al Consejo Escolar de Laprida, entienden que desde el organismo se trasluce como "una presión", cuando han expresado que no pondrán dinero porque el edificio no es de ellos y porque son arreglos de estructura. "El Consejo Escolar debería ocuparse del mantenimiento y todo lo que se rompe debemos pagarlo con los 2.000 pesos que se reciben, más la papelería, boletines y útiles", enumeró.