El mercado se encuentra a la expectativa de lo que sucederá con la venta de Repsol tanto del porcentaje accionario residual en YPF como de los bonos obtenidos como consecuencia de la expropiación del estado argentino de la petrolera y por el cambio en la estrategia del BCRA en cuanto a la política de reducción monetaria.

El tema que más repercusión tuvo en la semana fue el alejamiento de Repsol como accionista de la compañía petrolera YPF. Según informó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el martes logró vender el 12,4% de las acciones que aún mantenía en esta entidad por USD 26,9 por acción, lo que totaliza un valor total cercano a los 1.300 millones de dólares.

En relación con este mismo tema otro tópico que tiene alerta al mercado es el futuro del pago del Gobierno a Repsol en bonos por el 51% estatizado. Existe cierto consenso de que la sociedad española iniciaría la venta de los bonos en el mercado antes de que finalice el mes a fin de hacerse de liquidez cuanto antes. Esta venta centra la atención del gobierno nacional dado que en caso de colocarse debajo del valor nominal de los títulos, la diferencia se compensa con mayores bonos a emitir por el tesoro nacional.

Los bonos ofrecen cupones de entre el 7% y el 9% y Argentina lleva sin emitir este tipo de obligaciones por más de diez años, por lo que todo indica que se venderán fácilmente. Por supuesto, la venta no será de golpe ya que es mucho dinero para que absorba el mercado, pero se espera que para fines de mayo Respsol haya colocado la mayoría de estos títulos y recuperado su inversión.

Otro tema que ocupó un gran espacio en el plano financiero fue el resultado de la licitación de letras del BCRA de principio de semana, ya que, si bien terminó inyectando $ 570 millones, se sigue convalidando el objetivo del Central dar marcha atrás con la medida de elevar las tasas, dado el resultado observado en la actividad económica luego de llevarla a casi un 30%. Si bien la medida logró traer paz al mercado cambiario, lo cierto es que prolongada en el tiempo comienza a tener efectos nocivos sobre la economía real.

Por ahora la rebaja de 2 puntos porcentuales, contra la escalada de 13%(la cual tuvo lugar en el momento en que la máxima entidad bancaria comenzó con la absorción de dinero circulante en el mercado), no son contundentes en cuanto a resultados, pero el riesgo de una caída mayor en las tasas es que agrandaría aún más la brecha cambiaria, tirando de esta forma por la borda los logros conseguidos por el Banco Central desde el comienzo del año a esta parte.