Entramos al hotel y los de seguridad nos miran raro: no tenemos el aspecto de la gente que ingresa habitualmente a este "palacio". Justo cuando decidimos abandonar la búsqueda, aparece el tal Leo, sonriente, feliz de conocernos. Sin vueltas, nos pregunta de dónde venimos, adónde vamos y cuándo conoceremos el ansiado Machu Picchu. Nos da algunos consejos y nos cuenta que en este hotel le corta el pelo a las "señoronas", que le dejan propinas generosas. Ante la atenta mirada de "la seguridad", Leo nos pide que lo pasemos a buscar al terminar su turno, así nos lleva a su casa para acomodamos, bañamos y compartir una buena cerveza "Cusqueña". Un plan interesante que nos propone alguien que no conocemos.

"Leo Corteyarte" se hace llamar en la red social "Couchsurfing", desde donde lo contactamos. Como nosotras, millones de viajeros y viajeras que se adentran al extraño y hermoso mundo de "salir a la ruta" utilizan este sistema de viaje cuyo objetivo es abaratar los costos. Se trata de la red social de viajeros más conocida en estos tiempos, desde donde distinta gente de distintos lugares del mundo ofrecen su casa para recibir viajeros, dar estadía, aconsejar recorridos y hasta alimentar a las visitas. La elección de la persona muchas veces se da en base a un sistema de referencias que se escriben en base a las experiencias con cada uno, esto se vuelve clave ya que no todos son con buenas intenciones.

"Couchsurfing comenzó en 2004 como un pequeño proyecto de pasión por los fundadores Casey Fenton, Daniel Hoffer, Sebastian Le Tuan y Leonardo Bassani da Silveira. Un correo electrónico a un grupo de estudiantes en Islandia dio a luz a la idea de que la gente en cualquier lugar querría compartir sus hogares con desconocidos (o, como nos gusta llamarlos, los amigos que aún no han conocido)". Así se presentan (en inglés) en su plataforma web, donde cuentan con cerca de 10 millones de usuarios en más de 200.000 ciudades del mundo.

Ya para 2012, el sitio tenía 3,6 millones de miembros. En agosto de ese año, Couchsurfing recibió 15 millones de dólares de un grupo inversor, con lo que el capital social de la compañía se elevó a 22,6 millones de dólares. De esta manera, al pasar a tener "ánimo de lucro" se produjo un enorme malestar: los miembros más activos (mayormente europeos) se expresaron con sarcasmo con menciones del tipo "Couch$surfing" y hasta denominaciones alusivas como "CorpSurfing".

Esta sensación de engaño entre los miembros antiguos seguía generando numerosas polémicas entre usuarios y directivos de Couchsurfing, lo que produjo una gran migración  hacia otros servicios de hospitalidad sin ánimo de lucro, ya que para esta altura el sistema se había hecho conocido y otros sitios comenzaron a aplicarlo. La web que más creció con esto fue "BeWelcome.org" que para 2013 había duplicado sus miembros con personas que se definían como "refugiados": "Entra e invita a viajeros a tu casa, encuentra anfitriones por todo el mundo y forma parte de nuestra hospitalaria comunidad multicultural. Somos una organización sin ánimo de lucro, de fuente abierta y exclusivamente administrada por sus miembros de forma transparente y democrática", dice el portal de esta web de código abierto que copia el método CS. El sistema comenzó a aplicarse dentro de distintos foros web de comunidades, por regiones y por sexo.

Este método fue un éxito en todos lados y se extendió a muchos "ámbitos" de la web. Así es que en nuestro viaje no sólo contactamos a Leo desde Couchsurfing oficial, sino que también llegamos a Pierina (de Trujillo, Perú), desde un grupo de Facebook llamado "Mujeres por el Mundo", donde se generó una lista de direcciones y contactos. Facebook se volvió una de las redes bases de todo, diría yo, y en él uno de los grupos más masivos en temas de viajes es "Mochileros - Argentina", donde se concentra el mayor número de usuarios de nuestro país, con consejos dentro de su página y usado principalmente como foro de consultas de todo tipo a la hora de "mochilear".

Leo me cuenta: "más o menos en mayo del 2014 conocí CS por una amiga que me comentó de qué trataba y me pareció súper interesante. Después investigué en internet. Lo elegí sin conocer otras opciones (ahora sé que hay algunos más, como Airbnb) y lo que más disfruto de esto es compartir con gente de todo el mundo, conocer de sus culturas y comidas, es una parte importante de mi vida social. También disfruto mucho poder compartir conocimientos del lugar donde vivo -Cuzco- y aconsejar para que los viajeros la pasen lo mejor posible gastando lo menos. He recibido en mi casa gente de lugares muy lejos y esos contactos después quedan, es más, algunos de ellos son los que me recibirán en su casa en un viaje a Europa que planeo para el año que viene".

Sin muchas vueltas, en la práctica (y desde el punto de vista del viajero) se trata de ir a una casa en el lugar por donde estés pasando. El dueño del hogar pone sus condiciones, claro, según sus horarios y comodidades. Algunos te hospedan y vos pagás la comida, otros te dan todo sin importar nada, otros te hacen un paseo turístico en la ciudad (¿qué mejor que conocer un lugar por la gente que vive ahí?) y así cada uno pone sus condiciones sin presiones ni dramas de dinero. En nuestro caso, Leo nos dio hasta la llave de su casa.

Hoy en la web de Couchsurfing mi perfil está un poco vacío, sólo tengo una referencia y todavía no he escrito mucho de mí, sin embargo, todo el tiempo me sale el cartel de obtener mi verificación que consta de pagar 25 dólares y entrar en un grupo selecto de usuarios más activos para contactar y que te abran las puertas de su casa o viceversa. Esto es lo que ha molestado a muchos: el que quiere lo paga y el que no, lo hace a "la antigua", mandando mensajes a perfiles que tal vez nunca contesten, conociendo gente en foros, grupos de Facebook (el más efectivo), blogs o lo que se te ocurra. Todo está permitido si es con buena onda.

Viajar se puede con o sin dinero, aunque a veces se pase frío, se duerma en el piso o se camine mucho. Esto se trata de conocer el mundo desde otro ángulo, vivir con la gente del lugar a donde vas, conocer y practicar culturas nuevas; sobre todo, poder viajar con poco dinero es lo que te ayuda el CS. Pero esencialmente, creo que no hay mejor forma que conocer el mundo que a través de su gente.


Experiencia couchsurfing.com:

1.739.785 usuarios pertenecen al sitio.

2.019.208 fueron las amistades creadas a partir del intercambio.

4.528.026 (99.8 %) experiencias positivas se reflejaron en el sitio.

237 países participan.

71.126 ciudades son representadas.

855.217 sofás hay disponibles para hacer CouchSurfing por el mundo.

317 es la cantidad de idiomas que se hablan en la red.


Dedo Virtual

Ya no es necesario salir a la ruta para hacer dedo, en estos tiempos de pantallas táctiles e internet a toda hora... ¡podemos hacer dedo virtual! En lugar de compartir una cama o sofá, acá se comparte un asiento de viaje.

Carpoolear, CoViajero o Trypba son las redes más conocidas para compartir asientos en autos, camionetas o lo que sea que uses para viajar. El principal motivo por el cual se utiliza mucho es para abaratar costos y, además, algo a lo que todo viajero es adicto: conocer gente.

La utilidad al dedo virtual ha funcionado mucho no sólo para viajes largos sino también cortos y de trabajo. Hasta hace poco Trypba generó una sección especial para los paros del compañero Hugo Moyano donde, mayormente, las personas que hacen 2 ó 3 horas de viaje en transporte público hicieron dedo virtual.

Algunas direcciones para que consultes:

www.coviajero.com.ar

www.vayamosjuntos.com.ar

www.carpoolear.com.ar

www.hagamospool.com

www.muvit.com.ar

www.tripda.com.ar


En Olavarría

Se encuentran 157 anfitriones en la red social de Couchsourfing que, a pesar de que nuestra ciudad no es un destino turístico, suele ser lugar de paso. La mayoría de los usuarios olavarrienses registrados en la página son gente que viaja mucho o ha tenido algún viaje y probaron con CS, muchos buscadores de referencias para ser aceptados en distintos hogares.

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