Un 40% de las personas no saben qué vacunas tienen que aplicarse
El dato surge de una encuesta online de Fundación Huésped en colaboración con la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y la Universidad ISALUD.
Las vacunas son un hito para la salud pública y, junto al agua potable, son las herramientas que más vidas humanas han salvado.
La Argentina tiene uno de los Calendarios de Vacunación más completos de todo el mundo con 20 inmunizaciones. Sin embargo, 4 de cada 10 personas no sabe qué inoculantes tienen que aplicarse para estar protegidos.
El dato surge de una encuesta online de Fundación Huésped en colaboración con la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y la Universidad ISALUD.
Los investigadores buscaron identificar cuáles son las actitudes y prácticas en relación a las 20 vacunas del calendario nacional de vacunación y a las vacunas contra el Covid-19 en diferentes grupos que residen en la Argentina.
Los datos se conocen en el marco de la Semana de la Vacunación, que se conmemora hasta hoy sábado, 30 de abril. Cabe señalar que no sólo los niños y los adolescentes tienen que estar al día con las vacunas, también hay dosis indicadas para embarazadas, adultos y adultos mayores.
"Cada una está diseñada para proteger contra las enfermedades que más afectan en cada momento de tu vida", según la agencia sanitaria.
En la encuesta que se hizo en la Argentina, se indagó en el grado de adherencia había por parte de la población hacia las vacunas en general. Se encontró que hay un alto apoyo a la inmunización.
Las respuestas se basan en lo que recordaron los participantes y no están basadas en un registro verificado.
Se observó que 7 de cada 10 de las 23.264 personas encuestadas respondieron que habían recibido todas las vacunas recomendadas en el calendario nacional. El 19,1% dice haber recibido algunas vacunas, el 2,3% no lo recuerda y solo el 6,4% refiere que no se aplica las vacunas del calendario habitualmente.
Las razones más frecuentes para no haber recibido todas las vacunas del calendario fueron: desconocer las vacunas que podrían aplicarse (40,2%), nunca se las indicaron (31,6%) y no se las pudieron aplicar por falta de tiempo (10,5%). Solo el 15,8% contestó que no quiso darse la o las vacunas que le correspondían.
Entre quienes residen en barrios socioeconómicamente vulnerables (que fueron 414 participantes en la encuesta), 6 de cada 10 respondieron que habían recibido todas las vacunas recomendadas en el calendario nacional. Ese resultado marcó una diferencia notoria con el resto de los grupos poblacionales.
Además, el 23,4% señaló haber recibido algunas, el 9,8% no lo recuerda y solo el 7,1% indica que no se da las vacunas habitualmente.
Las razones más frecuentes para no recibir todas las vacunas del calendario en esos barrios fueron: desconocer las vacunas que podrían darse (35,8%), no recordar qué vacunas recibieron (24,8%) y no vacunarse por falta de tiempo (17%). Solo el 9,7% contestó que no quiso darse la o las vacunas correspondientes.
Si se tienen en cuenta sólo las respuestas de participantes que trabajan como personal de salud, se detectó que 8 de cada 10 personas señalaron haberse colocado todas las vacunas del calendario. Además, el 15,4% indica haber recibido algunas, el 0,8% no lo recuerda y solo el 3,3% refiere que no se aplica las vacunas habitualmente.
Entre quienes señalan no haber recibido todas las vacunas, los motivos más frecuentes fueron: "Nunca me la/s indicaron" (28%), "No conozco qué vacunas podría darme" (27,9%), y "No pude dármela/s por falta de tiempo" (14,8%). El 22,1% contestó que no quiso darse las vacunas correspondientes. Es el porcentaje más alto de negativa entre los grupos estudiados.
El acceso a la vacunación en el país es gratuito e incluye a todas las personas que las necesitan, independientemente de la cobertura de salud o estatus de residencia.
Después de la pandemia por la gripe A en 2009, se consiguió una cobertura de más del 95% con la vacuna antigripal. Pero las coberturas de vacunación fueron descendiendo de manera gradual: se redujeron en promedio 10 puntos en la última década, especialmente en las vacunas de la infancia y la adolescencia.