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Si hubo alguien que pudo interpretar el silencio ese fue John Cage. El compositor vanguardista había logrado una pieza única. Una obra compuesta por sólo tres movimiento, para cualquier tipo o conjunto de instrumentos, que tiene una sola indicación para el interprete: No toque y guarde silencio. Son 4 minutos 33 segundos, por eso se llama "4'', 33''''", en los que Cage le da un sentido al silencio y la importancia que tiene para los sonidos. En "Silencio", publicado por Ediciones Godot, John Biguenet se lanza a buscar los elementos en los que la falta de sonido constituyen una acción sí misma.

"Nuestra imaginación nos engaña si pensamos que el silencio es un destino al que podríamos llegar algún día" asegura desde el vemos el autor y es bajo esa consigna que despliia ega todas las situaciones posibles donde es un valor en sí mismo. Desde los hoteles que lo venden como una forma de descanso, hasta los espacios vips de los aeropuertos que ofrecen un lugar donde relajarse y esperar lejos de los ruidos producidos por los pasajeros que llegan o se van.

Pero no se agota allí la investigación de Biguenet sino que ahonda en los resultados de los estudios que se le realizaron a varias personas que vivieron la experiencia de estar dentro de una cámara anecoica. Allí es imposible escuchar cualquier tipo de ruido exterior por lo cual sólo nos quedan los sonidos internos. Muchos fueron los que manifestaron haber vivido una "experiencia desorientadora".

"Damos por sentado que la soledad es una condición del silencio pero en general suelen ser dos cosas meramente concomitantes" dice el autor y señala las dificultades que pueden presentarse viviendo en una sociedad y la necesidad de algunas personas de alejarse hacia la naturaleza. Luego se mete de lleno en las variadas culturas que creen en el silencio para alcanzar la iluminación; la representación que se puede encontrar en la escritura antigua y la importancia del silencio para las obras artísticas.

El trabajo de Biguenet es bastante más extenso que lo que puedo contar en una reseña y el autor logra que sea interesante y sobre todo atractivo para el lector. Quizás porque se propone no sólo divulgar todo lo que concerniente al silencio y los muchos lugares donde habita, se lo busca o se lo prefiere, sino que además entretiene con una escritura inteligente, detallista y sobre todo divertida. Porque cualquier elogio al silencio necesita cierta clase de humor. "El silencio es un dominio sobre el cual sólo podemos hacer conjeturas" escribe y nos invita a reflexionar sobre la necesidad de la humanidad de llenar, de la forma que sea, ese supuesto vacío que nos interpela.

Por último conviene recordar que Ediciones Godot viene trabajando fuertemente en un catálogo que bien se podría definir con una cruza entre la divulgación y la literatura, logrando así destacarse entre las novedades editoriales que se publican mes a mes. Además de las ediciones cuidadas con un logrado trabajo de edición, traducción y de diseño. Sumar a Biguenet es una apuesta más que los lectores saben apreciar.