A más de 20 años de su primera condena, Gallastegui sumó otra detención
El olavarriense de 57 años estuvo dos veces en prisión por protagonizar dos ataques de arma de fuego. En el primer caso, en 1996, mató a un hombre en un boliche; mientras que en 2009 atacó a otro a la salida de un pub. También estuvo en el ojo de la tormenta por un presunto vínculo con el homicidio del abogado Marcos Alonso.
El nombre de Walter Gallastegui es altamente reconocido en el mundo delictivo de Olavarría y del país. Este lunes fue detenido luego de que la semana pasada fuera capturado con gran cantidad de cocaína y trasladado alrededor de las 13.30 a la Unidad 38 de Sierra Chica. El hombre de 57 años estuvo dos veces en prisión por protagonizar dos ataques de arma de fuego y durante años se investigó su presunta involucración con el asesinato del abogado Marcos Alonso.
El primer hecho se remite al 28 abril de 1996, cuando Gallastegui disparó dos balazos a un hombre en pleno boliche bailable. El caso ocurrió a las 2.30 en pleno baile de Fomento Disco, ubicado en el barrio Pueblo Nuevo, cuando Gallastegui atacó por la espalda a Rodolfo Juan Molinari y le quitó la vida.
El homicida fue condenado a cumplir 16 años de prisión y fue liberado a los 12 años por el beneficio del dos por uno.
Poco tiempo después de su liberación, protagonizó un hecho que tomó trascendencia a nivel nacional, tras la presunta vinculación con el homicidio del abogado Marcos Alonso.
El 14 de noviembre de 2009, Gallastegui le disparó 11 veces en las piernas al custodio Fabricio Armendano, en un hecho que se produjo en la vereda de un pub ubicado en Vicente López entre Álvaro Barros y Colón.
Alonso era el abogado particular de Gallastegui y quien le sugirió que se entregara a las autoridades después de permanecer prófugo 53 días. Incluso le aconsejó que declarara porque el lineamiento defensivo apuntaba a demostrar que no hubo intención de matar a Armendano.
Según se estableció en aquel momento, el testimonio del acusado indicaba un problema personal por el cual pretendía que la víctima le pidiera perdón de rodillas. Los once impactos de bala se concentraron en su totalidad de la cintura para abajo, afectando particularmente las piernas y la zona de la pelvis.
Esa noche ambos se encontraron en el pub céntrico y Gallastegui empezó a recibir una serie de mensajes de texto que le mostró a una persona que estaba con él. Si bien Armendano nunca declaró sobre la identidad de quien lo atacó, su agresor reconoció haberlo hecho y alegó que disparó porque creyó que iba a sacar un arma mientras estaban en la vereda.
La víctima, en cambio, había dicho que "esa noche entré al pool, había un montón de gente y equis persona me llama. Cuando salgo a la vereda me sale con esto de que yo le había mandado un mensaje a la novia, nada que ver, y arrancó y me dio once tiros. Yo no radiqué denuncia y no lo voy a denunciar tampoco, la única denuncia que hay la hizo el dueño del pool".
Además, Armendano recordó que "llegué consciente y todo al Hospital. Me preguntaron quién había sido y les dije 'no tengo ni idea, fue corta'", concluyó.
Apenas Gallastegui se entregó y se retiró esposado de la fiscalía, su abogado inició una estrategia tendiente a excarcelarlo, aunque primero fue el juez de Garantías Antonio Saladino y después la Cámara de Apelación y Garantías de Azul quienes mantuvieron la carátula de la causa como "tentativa de homicidio", por lo que fue trasladado a la Unidad Penal N.º 2 de Sierra Chica.
Pero en medio de esas dos resoluciones se produciría un hecho que conmovió a la ciudad y dejó al agresor de Armendano bajo la lupa de la Justicia por su presunta vinculación con la autoría intelectual: el lunes 25 de enero el abogado Marcos Alonso fue asesinado. Su cuerpo apareció en la madrugada del día siguiente abandonado en el asiento trasero de su propio auto, con siete impactos de bala.
Si bien nunca fue comprobado, la principal hipótesis que se manejaba apuntaba a Gallastegui porque habría recibido la promesa por parte de Alonso de entregarse y recuperar la libertad rápidamente.
Con el cambio de curso en la causa, habrían llegado amenazas a Alonso donde se le reclamaría la devolución de una suma que le habrían entregado al tomar la defensa. Alonso fue con ese dinero en su automóvil al encuentro de las personas a quienes debía entregarlo, pero horas más tarde apareció muerto.
El entonces juez de Garantías, Antonio Saladino, fue sometido a un jury tras ser acusado de haber recibido 10 mil pesos de manos de Alonso para la liberación de Gallastegui, aunque fue doblemente sobreseído, en 2017 y en 2018.
Posteriormente, Gallastegui fue condenado a cinco años y cuatro meses de prisión por el ataque a Armendano. La jueza María Alejandra Raverta determinó que el agresor "extrajo de su cintura un arma de fuego de grueso calibre y ya en la vereda del mencionado lugar y previo referirle a la víctima 'arrodillate', efectuó con claras intenciones de causarle la muerte".