En una medida anticipada, el Banco Mundial ha ofrecido un paquete de ayuda financiera de US$ 4.500 millones al Gobierno del Presidente electo Javier Milei. Este paquete de nuevas líneas de financiamiento está diseñado para fortalecer los programas de contención social y apoyar las reformas estructurales sin incurrir en un financiamiento inflacionario.

Milei, quien ha destacado la importancia de cerrar la brecha fiscal y consolidar las finanzas públicas, ha dejado claro que estos aspectos no son negociables. El objetivo es alcanzar un déficit financiero cero para el año fiscal 2024. Aunque el Ministerio de Capital Humano mantendrá abierta su cartera de recursos, el Gobierno busca mantener el equilibrio fiscal.

El Banco Mundial, a través del futuro ministro de Economía Luis Caputo, ha ofrecido este nuevo apoyo financiero para reforzar los programas sociales. La contención social se presenta como un componente crucial para llevar a cabo las reformas estructurales de manera ordenada.

Carlos Felipe Jaramillo, economista colombiano en representación del Banco Mundial, ha expresado receptividad a la propuesta de Caputo. Se espera que este apoyo financiero contribuya a un mayor ordenamiento de los precios relativos, como el tipo de cambio y las tarifas públicas, así como a un ajuste fiscal de shock en el tamaño del sector público.

Para el año 2024, el Banco Mundial ya tiene compromisos de desembolsos de al menos US$ 1.000 millones. Además, Argentina deberá efectuar pagos en capital e intereses por un total de US$ 900 millones. El Banco Mundial ha ofrecido expandir las líneas de crédito para programas sociales por otros US$ 4.500 millones, con plazos que se definirán en el próximo año, a medida que se conozca el programa de consolidación fiscal del nuevo Gobierno.

Caputo ha prometido un ajuste fiscal rápido para eliminar la asistencia monetaria del Banco Central en todas sus formas. La gestión kirchnerista deja un déficit primario estimado del 3% del PBI para el cierre de 2023, y se espera que el nuevo Gobierno termine el año con un déficit superior al 5% del PBI, considerando los servicios de deuda. Además, se destaca el "déficit cuasi-fiscal" en el Banco Central, que asciende a los 10 puntos del PBI, impulsado por el pago de intereses de pasivos remunerados. Estos intereses representan hasta el 14% del PBI y más del 300% de la base monetaria.