La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner rechazó la acusación del empresario Gabriel Romero sobre el presunto pago de u$s 600 mil por la firma de un decreto para favorecer a su compañía.

Asimismo, la exmandataria aprovechó para criticar el "evidente manejo extorsivo de la figura del arrepentido" que realizan el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli, quienes están al frente de la investigación de la causa de los cuadernos.

Por lo pronto, en un largo comunicado que publicó a través de sus redes sociales la exmandataria fue tajante: "A mí nunca nadie me pagó nada". En ese contexto, Cristina se refirió al decreto que firmó en la extensión de la concesión de la Hidrovía y para supuestamente favorecer a la EMEPA, la compañía de Romero.

"Mi intervención como Presidenta se limitó a lo único que podía y debía hacer: ratificar lo actuado y resuelto por la UNIREN con audiencias públicas de por medio, dictámenes de la Procuración del Tesoro y de la SIGEN, aportes del Ministerio de Relaciones Exteriores y, finalmente, la intervención del Congreso de la Nación", afirmó.

La ahora senadora por la Provincia pidió al ejecutivo de EMEPA que "indicara a quién y cómo le pagó porque a mí nunca nadie me pagó nada por firmar ni este ni ningún otro decreto, ni por llevar adelante ninguna de las medidas de mis Gobiernos".

Con la verborragia que la caracteriza, Cristina también cruzó a Bonadio y Stornelli por "el evidente manejo extorsivo de la figura del arrepentido". En ese sentido, la senadora nacional comentó que el comportamiento de ambos funcionarios judiciales "es sencillamente escandaloso". (Ambito Financiero)