A pocos días de dejar el poder, el presidente saliente de Argentina, Alberto Fernández, reconoció públicamente las profundas diferencias con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En una extensa entrevista con el periodista Oscar González Oro para El Observador, Fernández afirmó que siempre escuchó a Cristina, pero dejó en claro que no actuó como un títere a su mando. 

El mandatario salió al cruce de declaraciones previas de la vicepresidenta, quien había manifestado tener diferencias notorias con él. Fernández expresó que, si bien escuchó y leyó las propuestas de Cristina, no siempre estuvo de acuerdo con ellas, ya que su misión como presidente no era la de obedecer ciegamente. Fernández también hizo referencia a un consejo que le dieron previo a asumir la presidencia, en el que le advirtieron sobre los desafíos que enfrentaría, comparando su tiempo al frente del gobierno con el del tercer Perón, siendo tironeado por la izquierda y por la derecha.

 El presidente sostuvo que el oficialismo debe abrir un debate interno sobre cómo seguir hacia adelante, y defendió su postura al afirmar que, si bien escuchó a la vicepresidenta, su rol no era el de obedecerla en todo lo que ella hubiera querido. En resumen, el presidente saliente de Argentina dejó en claro que, si bien mantuvo una relación de respeto con la vicepresidenta, su función como mandatario fue la de tomar decisiones y actuar en base a su criterio, sin estar obligado a obedecer a nadie.