El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), parte de la Ley de Bases, ha cambiado significativamente la perspectiva de los gobernadores sobre el desarrollo provincial. A pesar de que el RIGI aún no está operativo, ha generado un gran dinamismo en las provincias. Por ejemplo, el proyecto YPF/Petronas de "Argentina GNL", originalmente previsto para Bahía Blanca, será finalmente desarrollado en Río Negro debido a ventajas técnicas y logísticas. Esta decisión, que representa una inversión de US$ 30.000 millones, tiene el potencial de convertir a Argentina en el quinto productor mundial de LNG, transformando la vida económica y social de la región.

La elección de Río Negro en lugar de Bahía Blanca subraya una tendencia emergente: las provincias están empezando a pensar en grande y a priorizar su propio desarrollo. Este cambio de mentalidad es fundamental para el crecimiento del país, ya que el desarrollo provincial será clave para el desarrollo nacional.

El sistema de coparticipación federal de impuestos ha sido históricamente criticado por redistribuir los recursos de manera ineficiente y desincentivar la producción local. A diferencia de la coparticipación, que redistribuye los recursos de manera arbitraria entre las provincias y el Estado nacional, un sistema basado en correspondencia fiscal podría premiar a las provincias que generan desarrollo económico.

La propuesta es reemplazar la coparticipación con un IVA unificado que se distribuya 50% para la provincia de origen y 50% para la provincia de destino. Esto incentivaría a las provincias a producir más y a fomentar el desarrollo económico local, alineando mejor los intereses de producción y consumo.

El RIGI ha demostrado que las provincias pueden liderar el desarrollo económico cuando se les da el incentivo adecuado. Es hora de considerar una reforma tributaria que elimine el sistema de coparticipación y adopte un enfoque de correspondencia fiscal para maximizar el desarrollo provincial y nacional.