El sindicato reclama la reincorporación de 36 trabajadores despedidos de la Caja de Ahorros de Tucumán y protesta por la represión de una marcha el 13 de mayo pasado, convocada por el mismo motivo en la provincia que gobierna José Alperovich, que terminó con 22 personas heridas de bala.

La demanda de fondo es, sin embargo, la actualización del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, que impacta de lleno en el salario de buena parte de los trabajadores bancarios.

El paro se extenderá durante todo el horario de atención al público. Será el martes 8 de julio, un día antes del feriado por Día de la Independencia. Como antesala, entre el 2 y el 7 del mes próximo, los trabajadores realizarán asambleas sorpresivas, que en la práctica implicarán interrumpir la atención en los bancos.

La medida de fuerza se decidió el viernes, en el cierre del congreso nacional de la Asociación Bancaria, que sesionó desde el miércoles en la sede porteña del gremio, en Sarmiento al 300.

"El paro es inevitable. Venimos exigiendo respuestas y no tenemos ni señales", dijo a LA NACION el secretario general de AJB, Sergio Palazzo.

Los últimos contactos entre el gremialista y funcionarios del Gobierno ocurrieron a principios de mes, cuando el sindicato hizo paros progresivos de una y dos horas. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se comprometieron con Palazzo a reubicar a los despedidos en Tucumán, pero la promesa no se concretó.

Tampoco hubo avances respecto de la actualización de Ganancias, una decisión cuyos tiempos y modalidad dependen exclusivamente de Cristina Kirchner.

"Lo de Ganancias es insostenible. Hoy [por ayer] se cobró el medio aguinaldo y Ganancias se llevó casi todo. La gente está muy molesta con el tema", advirtió Palazzo.

A mediados de mayo, los bancarios cerraron su paritaria con un alza de casi el 30% en el sueldo inicial, si se contemplan las compensaciones extras.

El salario mínimo del sector quedó en $ 11.549, que, con adicionales por presentismo y bonos, trepa en casi todos los casos a más de $ 15.000 brutos, el actual piso que dispara el pago de Ganancias. Así, casi todos los trabajadores bancarios, alrededor de 105.000 en todo el país, quedan alcanzados por el impuesto.

El reclamo por Ganancias quedó planteado en las conclusiones del congreso. "Exigimos la derogación de Ganancias sobre los ingresos salariales que tienen carácter alimentario", apuntó el secretario de prensa del gremio, Eduardo Berrozpe.

Los bancarios también aprovecharon el cónclave para cuestionar el fallo de la Corte de los Estados Unidos que favoreció a los fondos buitre. Describieron la decisión judicial como "una vergonzosa negativa". Además, en línea con el discurso de la Casa Rosada, advirtieron que "vulnera la soberanía nacional" y "pone en zozobra futuras reestructuraciones de deudas de otros países".

Incluyeron una advertencia por la inflación, aunque envuelta en una demanda vinculada con las condiciones de trabajo.

Denunciaron una "sobrecarga laboral" que vincularon con que los bancos "no contratan el personal necesario". Pero también la atribuyeron a la reticencia a emitir billetes de denominación superior a $100. "Ello obliga a recontar una cantidad inusual de billetes", se quejaron.

Fuente La Nación