El llamado del Papa a la esposa de un divorciado reavivó el debate sobre la comunión a los separados
"Hoy me pasó una de las cosas más lindas después del nacimiento de mis hijas. Tuve la llamada en mi casa de nada más ni nada menos que del papa Francisco. Gracias Dios por esta bendición", escribió Julio Sabetta en su cuenta de Facebook, y generó una enorme repercusión en las redes sociales.
En declaraciones a radio Vorterix, el hombre -que vive en la localidad santafesina de San Lorenzo- confirmó que el lunes, un poco antes de las dos de la tarde, recibió en su casa el llamado del papa argentino, que se presentó como el "padre Bergoglio" y le pidió hablar con su esposa.
Sabetta contó que es divorciado y se casó nuevamente por civil con Jaqueline Lisbona, con quien tuvo dos hijas, que "tomaron la comunión y la confirmación en tiempo y forma".
"Cuando ellas tomaron la confirmación, a mi mujer no la dejaron comulgar porque estaba casada con un divorciado. El cura le dijo que, por más que se confesara y comulgara, cuando volviera a su casa iba a estar en pecado otra vez", relató el hombre.
En setiembre del año pasado, a instancias de la mamá de una amiga de la familia, Jacqueline decidió escribirle a Francisco, para contarle la situación, y sabiendo que el papa argentino suele responder con llamados telefónicos y misivas escritas de su puño y letra las cartas que recibe en el Vaticano.
Y la respuesta llegó esta semana. "Francisco le dijo a mi mujer que estaba libre de todo pecado, que comulgara, que fuera tranquilamente, pero a otra parroquia para no generar roces" con el cura que le negó la comunión, dijo Sabetta.
La mujer, en diálogo con radio La Red, también contó que no la dejaban confesarse ni comulgar "porque supuestamente vivía en pecado", a lo que Francisco le respondió: "Algunos son más papistas que el Papa, andá a otra Iglesia y confesate que no hay ningún problema".
El tema de la administración de los sacramentos a los fieles divorciados y en una nueva unión será tema central del sínodo extraordinario convocado por Francisco, que se realizará en el mes de octubre en el Vaticano.
Como preparación para ese encuentro, el papa argentino envió un cuestionario de 38 preguntas a todos los episcopados del mundo con una serie de preguntas referidas a las situaciones actuales que viven las familias; entre ellas, cómo trata la iglesia a los divorciados que concurren a las iglesias.
En febrero, en un consistorio extraordinario sobre familia que se realizó en la Santa Sede, Francisco ya adelantó su posición al respecto, al elogiar públicamente una propuesta del cardenal alemán Walter Kasper, quien propone permitir la comunión a los divorciados si las parejas cumplen determinados requisitos.
Desde que fue elegido papa, Francisco envió mensajes conciliadores a los divorciados en múltiples ocasiones, como cuando dijo -en el mes de marzo- que es preciso "acompañar" y "no condenar" a quienes sufren el "fracaso" de su matrimonio.
El sínodo -que se realizará entre el 5 y el 19 de octubre- precisamente analizará los nuevos retos de la Iglesia ante los cambios de las familias; como las uniones de personas del mismo sexo, la educación de los hijos en situaciones matrimoniales irregulares y el control de la natalidad, entre otros.