Existen diferentes formas de predecir la evolución del tipo de cambio en el corto y mediano plazo. Algunas de ellas están basadas en variables financieras como el contado con liquidación, que está relacionado con la cantidad de dinero en circulación.

Varios estudios comparan el crecimiento del M3 privado, que incluye el dinero en circulación, los cheques cancelatorios y los depósitos en pesos del sector privado, con la evolución del dólar contado con liquidación. Estos estudios demuestran que el precio del dólar financiero está fundamentado en la cantidad de pesos en circulación y no en una situación de pánico.

Por lo tanto, si se puede estimar cómo evolucionará el agregado monetario, se puede conocer la evolución futura del contado con liqui.

En cuanto al dólar blue, su evolución dependerá en gran medida de lo que suceda con el dólar oficial y la brecha entre ambos. Las cotizaciones del dólar futuro pueden ser un punto de referencia para estimar la evolución del dólar blue.

La operatoria en el mercado de futuros consiste en que dos partes acuerdan un precio del tipo de cambio mayorista para una fecha futura. Uno se compromete a vender a ese precio y el otro a comprar, y las diferencias se compensan en pesos.

Al calcular la variación del tipo de cambio entre fechas, se está determinando una tasa de interés que incluye el costo de llevar el dinero desde el presente hasta el vencimiento del contrato, considerando una devaluación. Por lo tanto, se habla de tasas implícitas de devaluación.

En cuanto a las proyecciones actuales del mercado, se espera una reducción de la devaluación mensual en septiembre y octubre, confiando en que el Gobierno logre mantener estable el dólar oficial en $350 y eventualmente retomar el crawling peg después de las elecciones generales.

Sin embargo, los contratos pactados hasta fin de año señalan importantes saltos devaluatorios en noviembre y diciembre, del orden del 24% y 31% respectivamente, sumados al 11% previsto para octubre. Esto llevaría a un dólar oficial de alrededor de $628 al cierre del año. La tendencia se suavizaría en el nuevo año, con devaluaciones mensuales del 7,6% al 13,7% en los primeros cuatro meses, y luego no superarían el 6% mensual. Si esto se cumple, el tipo de cambio oficial rondaría los $1.100 para agosto del próximo año.

Estas cotizaciones demuestran que las estimaciones del Presupuesto Nacional para el próximo año quedarán ampliamente superadas por la realidad, ya que se proyecta un tipo de cambio de $607 para finales de 2022. Curiosamente, esta cifra es prácticamente la misma que el mercado está pactando para diciembre de este año.

Mientras el Gobierno proyecta una devaluación del dólar oficial del 66% en 2024, los analistas privados anticipan un escenario donde la próxima administración deberá devaluar de forma más significativa para salir o reducir el esquema de control de cambios, represión financiera y pérdida de reservas del Banco Central.