En el ojo del huracán: Francisco desoye los consejos de su padre en Gran Hermano
En Gran Hermano, Darío Martínez Corti confrontó a su hijo Francisco tras formar una alianza riesgosa con Furia, temiendo por las consecuencias en el juego.
En una reciente vuelta de tuerca en Gran Hermano, la entrada de familiares al reality ha intensificado las dinámicas del juego, especialmente para Darío Martínez Corti, un vendedor de autos de La Plata, quien se encuentra preocupado por las recientes acciones de su hijo, Francisco. Este último, tras entrar a la casa para apoyar a su padre, ha generado preocupación al vincularse con Furia, una competidora conocida por su estrategia individualista.
El incidente que encendió las alarmas ocurrió este fin de semana cuando Francisco no solo forjó un vínculo con Furia, sino que también compartió la cama con la doble de riesgo, a pesar de las claras advertencias previas de su padre. Al enterarse, Darío no tardó en expresar su descontento con un firme ultimátum que resonó en toda la casa.
“Escuchá lo que te voy a decir. A Furia la quiero muchísimo, es un fenómeno, ¡Pero ella juega sola!”, exclamó Darío, intentando hacer entender a Francisco la delicadeza de su situación en el juego. La respuesta de Francisco, “¡No mezclamos las cosas!”, solo añadió leña al fuego, exacerbando la tensión entre ambos.
La discusión escaló cuando Darío intentó reiterar la importancia de mantener una estrategia clara y cauta dentro del juego. “A ella como jugadora no hay que pasarle el límite. Ella juega sola”, insistió Martínez Corti, señalando la necesidad de mantener una distancia estratégica de Furia para no comprometer su propia permanencia en el concurso.
Sin embargo, Francisco pareció desafiar la lógica de su padre, cuestionando: “¿No entendés que vos sos el jugador?”. Frustrado y preocupado, Darío concluyó la conversación con un llamado a la prudencia: “Vos también estás jugando conmigo, así que te pido que vayas con prudencia. No me importa, ya pasó, ya se sabe. Pero te estoy hablando de todo. ¡No parás de hablar del juego bol...! Te estoy escuchando. Hacelo de manera callada, no des opiniones”.
Este enfrentamiento no solo pone en relieve las complejidades del juego dentro de Gran Hermano, sino también cómo las relaciones familiares pueden verse afectadas y puestas a prueba bajo la constante vigilancia y las presiones del reality.