El ministro de Economía, Axel Kicillof leyó el comunicado oficial del gobierno argentino, donde se carga nuevamente contra el sistema judicial de los Estados Unidos por tomar "decisiones equivocadas e injustas", en particular contra el juez de Nueva York Thomas Griesa, al que acusó de "parcialidad en favor de los fondos buitre" y "pretender llevar" a la Argentina "al default".

Flanqueado por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini, el titular del Palacio de Hacienda hizo una advertencia respecto "de sus actos" a los "Estados Unidos por la responsabilidad internacional que le cabe por las decisiones de su poder judicial" y amenazó con "acciones judiciales" ante la OEA, la ONU, el FMI por su "artículo IV", la Corte Internacional de Justicia de La Haya y "ante tribunales ordinarios de la República Argentina".

Bajo el título "la Argentina paga", el texto que leyó Kicillof remarcó que el Gobierno procedió al pago "de los servicios de capital e intereses de sus bonos bajo ley extranjera por el equivalente a 832 millones de dólares, de los cuales 539 millones se depositaron en las cuentas números 15.098 y 15.002 del Banco New York Mellon (BONY) en el Banco Central de la República Argentina".

El ministro remarcó que se volvió a plantear a Griesa, tal como se hizo el lunes pasado, que "suspenda" el fallo que beneficia a los fondos especulativos de inversión por unos 1.330 millones de dólares, para posibilitar un "diálogo de buena fe, en condiciones equitativas, justas y legales".

Si bien los títulos vencían el lunes 30, el ministro precisó que este jueves era el "último plazo para realizar el pago", ya que el viernes es "feriado de la Administración Pública" local.

"No pagar teniendo los recursos y forzando un default voluntario es algo que no está contemplado en la ley argentina, sería contrario al orden público argentino y una clara violación a los prospectos de deuda", leyó Kicillof.

Tras afirmar que con el pago se buscó "descartar cualquier interpretación capciosa que implique introducir el eufemismo de ''default técnico''", el titular del Palacio de Hacienda enfatizó que la Argentina buscó con el pago "cumplir con el proceso exitoso de reestructuración voluntaria de deuda con la adhesión del 92,4 por ciento de los bonistas".

La segunda advertencia del Gobierno estuvo dirigida contra los eventuales embargos de los fondos depositados: "Si alguien dispusiera de los fondos depositados en la cuenta del fiduciario afectaría los derechos de sus verdaderos dueños, que no son otros que los tenedores adheridos voluntariamente al canje y constituiría una grave alteración" a la reestructuración acordada en 2005 y 2010.

Ello podría implicar "desde una apropiación de fondos de terceros, desbaratamiento de derechos acordados, incumplimiento de su responsabilidad contractual y otras tipologías que podrían configurarse", enumeró el funcionario.

Luego de censurar el "hostigamiento inusual, perverso y extorsivo de un grupo minúsculo de acreedores", Kicillof apuntó una vez más contra Griesa, a quien endilgó "parcialidad en favor de los fondos buitre" y el deseo de "llevar a la Argentina al default para derribar la reestructuración de 2005-2010".

"Pero no podrá lograr su objetivo por una sencilla y simple razón, la Argentina cumplirá sus obligaciones, pagará su deuda y honrará sus compromisos como lo viene haciendo", abundó Kicillof, quien cerró con una crítica al fallo de Griesa por tratarse de "un modo sofisticado de intentar ponernos de rodillas ante usureros de carácter global".

DyN