La ortiga es una planta que, a pesar de ser comúnmente asociada con las malezas, ofrece una amplia gama de beneficios tanto en la cocina como en la medicina. A lo largo de la historia, se han descubierto numerosas propiedades de esta planta, lo que ha llevado a que su lista de beneficios se incremente con el paso del tiempo. 

Esta planta es rica en nutrientes, incluyendo vitaminas A, C y K, minerales como calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio y sodio, así como grasas, aminoácidos, polifenoles, pigmentos y otros compuestos beneficiosos para la salud.

 La ortiga ha sido utilizada para tratar una amplia variedad de enfermedades, gracias a su capacidad antioxidante, su efecto inhibitorio a nivel sanguíneo, su acción como astringente, su capacidad para favorecer la absorción del hierro, su efecto depurativo, su uso dermatológico, su poder antiinflamatorio, su función antihemorrágica, su capacidad para mejorar los cuadros alérgicos, entre otros beneficios. Además, la ortiga produce saciedad, lo que puede contribuir a evitar la ansiedad y ayudar en la lucha contra el sobrepeso.

 El té de ortiga es una forma popular de consumirla y se puede preparar tanto con hojas secas como frescas.

 En resumen, la ortiga es una planta versátil que puede ser aprovechada en su totalidad, ya sea para su consumo en forma de té, infusiones, ensaladas, sopas o incluso en la industria cosmética. Sus beneficios para la salud la convierten en un recurso valioso en la medicina natural y en la cocina.