Olavarría, una ciudad conocida por su vibrante comunidad y rica historia, enfrenta hoy una realidad sombría en el ámbito energético. La cooperativa eléctrica local, Coopelectric, se encuentra en el ojo del huracán, tras 30 años de administración cuestionable que han llevado a la ciudad a tener las tarifas de electricidad más altas del país.

La tormenta que azota olavarria hace dos días dejo en evidencia la precaria estructura de la Coperativa de luz, sin materiales para reponer y con una deuda que asciende los dos mil millones de pesos según el ultimo balance.

La historia de Coopelectric está marcada por una serie de decisiones desafortunadas y una gestión ineficiente que ha resultado en una acumulación de deudas alarmante. El déficit de la cooperativa no es solo un número en un balance contable; se traduce en una infraestructura eléctrica precaria y en tarifas que golpean el bolsillo de cada habitante de Olavarría.

El núcleo del problema radica en una gestión que, durante tres décadas, ha sido incapaz de modernizar y optimizar los sistemas de distribución eléctrica. Esto ha llevado a una red vulnerable a fallos y a una dependencia crónica de prácticas de reparación de emergencia, en lugar de una inversión sostenida en mantenimiento y mejoras.

La situación se agrava por el robo persistente de cables y equipos, un problema que, aunque común en muchas áreas, parece haber encontrado en Olavarría un terreno fértil debido a la falta de medidas de seguridad adecuadas y a una vigilancia laxa. Este factor ha contribuido significativamente al deterioro de la infraestructura y a la ineficiencia operativa de la cooperativa.

Los ciudadanos de Olavarría, justamente indignados, exigen respuestas y soluciones. Las tarifas elevadas no solo afectan sus finanzas personales sino que también ponen en riesgo el desarrollo económico de la región, desincentivando la inversión y el crecimiento empresarial. La gestión toda debería presentar su renuncia y llamar a elecciones en la cooperativa de luz mas cuestionada de la republica argentina o ser intervenida por la municipalidad.

Este panorama desalentador plantea una serie de preguntas críticas: ¿Cómo se llegó a este punto de crisis energética en Olavarría? ¿Qué medidas pueden tomar los ciudadanos y las autoridades para revertir esta situación? Y lo más importante, ¿cómo se puede transformar Coopelectric en una entidad que sirva efectivamente a los intereses de la comunidad?

La historia de los últimos 30 años en Coopelectric no es solo un caso de estudio sobre la mala gestión, sino también un llamado urgente a la acción para todos los involucrados. La ciudad de Olavarría merece un sistema eléctrico confiable y asequible, y la responsabilidad de lograrlo recae tanto en los líderes de la cooperativa como en los ciudadanos que dependen de sus servicios. La luz al final del túnel para Olavarría dependerá de la capacidad de su gente y sus líderes para enfrentar y superar este legado de desafíos.