"Todo quedó en la nada, ya no sirve más nada", dice a medida que mueve su cabeza de un lado a otro. La negación y la impotencia las manifiesta en cada gesto que hace, sean voluntarios o no.

César Stramessi aún no puede creer la reciente resolución que dispuso una multa de mil pesos como sanción a la única persona imputada por la causa que investiga la muerte de su hijo, ocurrida aquella fatídica madrugada del 28 de octubre del 2012, en un suceso que para nada pasó inadvertido para el resto de la comunidad local. Inclusive, ese trágico episodio no demoró demasiado en llegar a las pantallas nacionales y que Olavarría sea sede de una serie de incidentes totalmente inéditos, cuyo ejemplo más claro fue el ataque a la sede de la comisaría Primera.

Sin embargo, hoy todo eso parece quedar lejos, muy lejos. Más aún después de la disposición señalada sobre la figura de Ezequiel Machín, quien era amigo del joven de 17 años que murió en aguas del arroyo Tapalqué.

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