Daniel Lovano - dlovano@elpopular.com.ar

El Indio Solari tenía una historia pendiente con Olavarría desde la segunda parte de la década del 90, cuando el intendente Helios Eseverri prohibió dos shows de Los Redondos en el Maxi del Parque Carlos Guerrero alegando "motivos de seguridad".

Tras conocerse esa decisión, Carlos Alberto Solari rompió ese halo invulnerable de misterio que rodeaba a su figura y brindó una histórica conferencia de prensa en el Hotel Savoy. Pidió disculpas a sus seguidores y calificó la prohibición como "descabellada".

Casi veinte años más tarde, el 21 de noviembre de 2016, los medios nacionales anunciaban con letra de molde la presentación en Olavarría del Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado para el 11 de marzo del 2017 en el Predio Rural La Colmena.

Recordaban que en agosto de 1997 "Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota" tenían planeado realizar un recital en Olavarría, pero horas antes del mismo fue suspendido por una decisión política: "Un supuesto miedo de las autoridades locales por los desmanes que pudieran llegar a ocasionar los jóvenes que allí fueran. Años más tarde se supo que estuvo involucrada la SIDE menemista".

El intendente Galli lo anunció con bombos y platillos, y resaltó los beneficios que traería aparejados para la economía local.

Después del motín de los "12 Apóstoles" en Sierra Chica la Semana Santa de 1996; aquella frustrada presentación del "Indio" en los ''90; la revelación de Ignacio Montoya Carlotto como nieto de Estela Barnes de Carlotto (presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo), esta reaparición de Solari volvía a poner a Olavarría en la agenda de los grandes medios.

En la semana previa al recital la avenida Avellaneda se convirtió en una especie de mercado persa, donde todo se podía comprar vinculado con la figura del "Indio" Solari; no había jardín sin convertirse en improvisado local gastronómico, con dos tambores, un tablón y un par de parrillas en el fondo.

Algo parecido sucedía en las calles internas del barrio San Vicente.

Cada plaza se convirtió en una especie de camping; los clubes vieron la gran oportunidad de sumar recursos a sus siempre necesitadas arcas habilitando los espacios verdes a miles de visitantes; se abrieron quintas y habitaciones; las casas aledañas se llenaron con packs de cerveza y cajas de hamburguesa con la intención de "hacerse un veranito" cuando se acercaba el otoño de 2017.

El recital del Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Olavarría había adquirido tanta repercusión internacional, que el sábado 11 de marzo, en el calentamiento previo de un partido del Sevilla dirigido por Jorge Sampaoli (fanático ricotero) sonó "Jijiji" por los altoparlantes del "Sánchez Pizjuán".

Olavarría literalmente era una ciudad invadida.

Tiempo atrás, cuando cada provincia estaba identificada con una letra en las patentes de los autos, se podría haber detectado el lugar de procedencia de los miles de autos, combis y micros arribados desde distintos puntos del país.

Sin ese dato, igual podría asegurarse que para ver el recitar del Indio y los Fundamentalistas llegaron fans de los lugares más recónditos de la Argentina, y países vecinos aun.

Desde la avenida Avellaneda hasta la avenida Colón, y más allá también, no había un metro disponible para estacionar.

Como si fuera un espectáculo dentro de otro, olavarrienses se acercaban al predio para ver a los forasteros acercarse a "La Colmena", y a partir del mediodía un río humano empezó a bajar por la avenida Pringles hasta Avellaneda, cubriendo cada metro de calzada y cada centímetro de vereda.

Los datos oficiales hablaban de casi "dos Olavarría" en los 600 metros de largo por 300 de ancho de "La Colmena".

Los productores anunciaron haber vendido 196.032 tickets y en base a esa cifra dijeron haber liquidado los porcentajes correspondientes a Sadaic.

La cantidad fue respaldada por el propio intendente de Olavarría, Ezequiel Galli, quien admitió haber autorizado el evento para 200.000 personas.

Fuentes de la productora aseguraron que del relevamiento de imágenes surgió que había 200.160 espectadores. "La escasa cantidad de gente en exceso que pudiera haber ingresado al predio sin entradas no podía generar situación de peligro alguno", plantean.

Los medios capitalinos decían otra cosa e informaron una asistencia cercana a las 300 mil personas.

Pablo Funes, piloto del dron que tomó las imágenes del concierto, especuló un número más alto aún: "Yo he seguido muchos recitales, estamos hablando de multitudes, y lo que se vio ahí para mí ronda entre los 400.000 y 500.000 espectadores".

EL POPULAR del domingo 12 reveló que todo comenzó a las 22 en punto, cuando la danza tribal característica sonaba un poco bajo en volumen, dada una situación que se complejizó durante el recital: el viento sur, que desvió bastante el sonido hacia la zona de la ciudad.

Una versión más cercana al rock and roll de "Barbazul vs. el amor letal" sorprendió a los miles de fanáticos, y el predio se transformó en una verdadera fiesta. Le siguieron "Porco Rex", "Arca Monster", "Chau Mohicano", "Ropa sucia".

Luego de que sonara ese tema, todo cambió.

Solari advirtió casi con desesperación que algo sucedía, pidió seguridad y gente de Defensa Civil, y admitió que "había mucha gente, hay que tener cuidado".

Tras una interrupción de 20 minutos integrantes de la banda y seguridad intentaron por todos los medios frenar la situación, y Solari volvió con otro tema importante de Los Redondos, "Héroe del whisky".

Tras "Babas del Diablo" se notó el nerviosismo y la tensión de Solari, pero hizo otros cuatro temas de su etapa como solista,

Mientras interpretaba "Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina en Cybersiberia", luego "Esa estrella era mi lujo" su cara no mandaba buenos mensajes.

Se corroboró cuando confesó: "Es apresurado decirlo, pero no me dan más ganas de esto", y a continuación sonó en La Colmena "Todo preso es político".

Siguieron "Flight 956", "Todos a los botes", "Te estás quedando sin balas de plata" y "To beef or not to beef", en el mismo clima bastante espeso.

"Esto es una locura, ya no sabemos cómo llamarlo, no existe en el mundo" vociferó Solari sobre la histórica convocatoria, sin imaginar el desenlace de la mayor concentración popular en la historia de la música argentina.

Veinte años después de aquel frustrado recital en el Maxi el Indio no cerró con "Jijiji".

"Sí se hizo sentir el pogo más grande del mundo, de eso no caben dudas... pero en el cierre del tema, y cuando todos creíamos que nos íbamos a casa, ''Mi perro dinamita'' sorprendió y generó una euforia similar a los tradicionales recitales del Indio, que lamentablemente con el correr de los minutos -y la salida imposible- volvió a desaparecer" citaba EL POPULAR la mañana posterior.

Con los últimos sonidos que llegaban desde el sur de la ciudad las redes sociales empezaron a inundarse con noticias alarmantes.

La Agencia Nacional de Noticias Télam, que no mandó cronista a cubrir la presentación del Indio en Olavarría, publicó irresponsablemente, y luego borró, una información que daba cuenta de "al menos una decena de muertos" en la desconcentración.

El día siguiente Olavarría vivió una jornada de altísima tensión en las inmediaciones de la Terminal de Omnibus, por gente que debía irse de la Ciudad y no tenía en qué hacerlo.

Finalmente, el saldo luctuoso de la presentación del Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Olavarría fue de dos muertos: Juan Francisco Bulacio, tenía 36 años y era oriundo de la localidad bonaerense de Garín y Fernando Javier León, de 42 años y oriundo de Los Polvorines.

El recital tuvo sus consecuencias en el ámbito político también.

Tras los sucesos del sábado 11 de marzo, el intendente Ezequiel Galli anticipó "cambios en el Gabinete", pero dijo que en ningún momento pensó en dar un paso al costado.

A los pocos días, las esquirlas del recital del Indio Solari en Olavarría se cobró la primera víctima: Jorge Larreche, secretario de gobierno, calificado como "padre adoptivo" por el propio intendente Galli, debió renunciar "por una orden llegada desde arriba", según se informaban en los pasillos del Palacio.