El Senasa es un actor pionero en advertir y batallar contra esta problemática en el ámbito agropecuario, desde su Programa Nacional de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos en animales destinados al consumo humano, creado por la Resolución 591/2015.

De tal forma, Al igual que con todos los medicamentos veterinarios, el organismo estatal promueve el uso responsable de los antibióticos para tratar enfermedades bacterianas en los animales. "Esto implica utilizar las cantidades precisas, durante el tiempo correcto, cuando sea necesario y solo bajo prescripción veterinaria. El uso responsable de medicamentos veterinarios se basa en un enfoque integral para minimizar la enfermedad", comentó Elsa Maubecin, responsable del Programa de Vigilancia de la Resistencia Antimicrobiana en animales de consumo del Laboratorio Nacional del Senasa.

La gran aceleración observada en la última década en la emergencia y la diseminación de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) tiene una vinculación directa con el mal uso de estos agentes terapéuticos.

Se estima que el 50% de todos los antimicrobianos que se prescriben son innecesarios o se usan de manera inadecuada. Las causas de esto son, entre otras, la indicación de antibióticos en infecciones que no lo requieren, la falta de pruebas apropiadas de diagnóstico y el uso de antimicrobianos con fines no terapéuticos.

En este sentido, Federico Luna, director de Productos Veterinarios del Senasa, destacó que "es muy importante recordar que el cuidado de la higiene personal, especialmente mediante el lavado frecuente de manos, es una herramienta fundamental para prevenir infecciones, tanto virales como bacterianas, evitar el uso innecesario de antibióticos y de esta manera, poder preservar la eficacia de estos medicamentos tan importantes para el cuidado de la salud animal y humana".

También remarcó la importancia de "no tomar medicamentos sin prescripción médica, ni administrar antibióticos a nuestras mascotas sin indicación de un veterinario".

Este tema tan complejo requiere su atención bajo el enfoque de "Una salud", ya que involucra necesariamente a diferentes sectores: medicina humana, salud animal y medioambiente, y todos ellos se encuentran interconectados. Asimismo, existe una clara necesidad de un enfoque nacional, junto con una cooperación mundial, para promover el uso responsable de antibióticos a nivel global.