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El intendente Ezequiel Galli ratificó ayer su hegemonía política en Olavarría con una amplia victoria en las Paso aunque la lista que compitió en la interna de Juntos logró la cantidad de votos suficiente como para mechar candidatos en las elecciones generales de noviembre. Sin embargo, los resultados de ayer deben haber dejado un sabor agridulce en Galli y sus seguidores, ya que Dar el Paso se imponía en la Séptima Sección y encabezará la lista de senadores.

El kirchnerismo se conformaba ayer con haber quedado a pocos votos de la lista encabezada por Bruno Cenizo, aunque la suma de los votantes de Juntos se aproximaba al 50 por ciento y la del Frente de Todos al 30 por ciento y se mantenía más o menos en los guarismos del peronismo en Olavarría en los últimos años, que lo ubican como una fuerza política importante pero todavía lejos de acceder al gobierno de la ciudad.

Ninguna de las restantes agrupaciones políticas obtuvo los votos suficientes como para obtener una banca en las próximas elecciones, aunque fue destacable la perfomance de Avanza Libertad, la agrupación orientada a nivel provincial por José Luis Espert y que tenía a Celeste Arouxet como cabeza de la lista de concejales que superaba el 7 por ciento de los votos cuando el escrutinio estaba a punto de concluir. De todos modos, para mantenerse en el Concejo Deliberante Celeste Arouxet debería mejorar en más de tres puntos su cosecha en noviembre.

En esos comicios también podrán participar el Frente de Izquierda y de Trabajadores, en cuya interna se impuso la Unidad de la Izquierda de Yessica Almeida con más del noventa por ciento de los votos; y el Frente Vamos con Vos de Andrea Coronel, que consiguió casi el 4 por ciento de sufragios.

El resto de los partidos que participó de las Paso en Olavarría no logró el piso del 1,5 por ciento del electorado y no participará de las generales de noviembre. Ellos son el Partido Republicano Federal, el frente Unión por Todos, Todos por Buenos Aires y el Movimiento al Socialismo.

Un detalle importante fue que la participación alcanzó el 67,52 por ciento del electorado, cifra realmente importante si se tiene en cuenta el contexto de pandemia y el desencanto con la política de buena parte de la población.

La ley es dura

Aunque Belén Vergel encabezaba la lista radical que llevaba a nivel provincial como candidato a Facundo Manes en la lista de Juntos para noviembre el que se ubicará en el lugar entrable es Sebastián Matrella debido a la aplicación de la ley de paridad de género, detalle que quizá no tuvieron en cuenta a la hora de confeccionar la nómina de candidatos.

Matrella irá en el tercer lugar de la lista de Juntos y Belén Vergel ocupará el sexto. Si Juntos repite los resultados de ayer ambos accederían a una banca en el Concejo Deliberante, ya que el oficialismo lograría al menos seis ediles.

Anoche el oficialismo estaba disfrutando de la victoria que ratificaba su predominio en el panorama político local, el que por ahora no parece tener amenazas a la vista.

La lista del kirchnerismo, encabezada por Maximiliano Wesner no consiguió despegar de las cifras que parecen constituir el caudal electoral fijo del peronismo en cualquiera de las variantes que ha predominado en los últimos años.

Por otra parte, una lectura poco favorable para el oficialismo es que Ezequiel Galli no ha logrado transmitir su hegemonía al resto de la Séptima Sección Electoral, donde se impuso Alejandro Cellillo.

En Olavarría la lista confeccionada y defendida por el intendente Ezequiel Galli logró reunir más de 19 mil votos para concejales y más de 18 mil en los rubros de senadores provinciales y diputados nacionales, en todos los casos ganándole con toda comodidad a Dar el Paso. Pero en el resto de los distritos de la Séptima los radicales cobijados bajo la sombra de Facundo Manes consiguieron la cantidad de votos necesarios para que Alejandro Cellillo le ganara a Diego Robbiani.

Como a nivel seccional el Frente de Todos no quedó tan lejos del piso para obtener una banca en el Senado, a menos de cuatro puntos, ese triunfo de Cellillo puede tener mucha importancia en noviembre, ya que si el Frente de Todos mejora bastante su performance Robbiani puede quedarse definitivamente sin el escaño al que aspira.

Es indudable que de aquí a noviembre los partidos políticos locales deberán extremar esfuerzos para mejorar su actuación de ayer, ya que de no demasiados sufragios dependen muchas cosas. A nivel seccional, el kirchnerismo tiene que superar al menos en más de tres puntos sus resultados de ayer para conseguir un senador.

No es poco, pero no es imposible, según se comentaba ayer en ámbitos del peronismo. En lo que coincidían muchos era en que, en realidad, es muy probable que todo dependa de lo que ocurra a nivel provincial y nacional, fundamentalmente en lo que tiene que ver con el paisaje económico.

Precisamente por lo atípico del contexto en el que se desarrollan estos acontecimientos es que muchos no se atreven a formular pronósticos respecto de lo que puede ocurrir en noviembre. Nadie se olvida que dos años atrás, con una economía en estado lamentable, con el desgaste de cuatro años de gobierno singularmente cargado de problemas, el entonces presidente Mauricio Macri recortó en ocho puntos la ventaja que Alberto Fernández le había sacado en las Paso.

Además es muy probable que unos cuantos electores que no fueron ayer a votar lo hagan en noviembre y nadie sabe cómo puede repercutir eso en los resultados.

Todas esas especulaciones se agigantarán a partir de hoy, tanto en Olavarría como en el resto del país.

El oficialismo olavarriense es probable que esté más tranquilo en ese sentido, al menos en lo que hace a su hegemonía a nivel local, la que parece garantizada en el futuro inmediato. Ya parece confirmado que los votos otrora pertenecientes al hoy casi desaparecido eseverrismo se han quedado con Ezequiel Galli.

Helios Eseverri monopolizó la política local durante más de veinte años. Su hijo José heredó ese considerable caudal de votos, los mantuvo por dos períodos y luego los perdió en muy poco tiempo y evidentemente quedaron en manos de Galli.

Si se trazara un perfil del votante típico de ese espacio es probable que se esbozara un modelo de persona conservadora -en el sentido de reacia a los cambios, no de ideología política-, apegada a valores tradicionales y poco afecta a las sorpresas. Helios Eseverri perdió la elección la primera vez que debió revalidar su carácter de intendente y fue a manos de un conservador sin pasado político que llevara a que hubiera gente decidida a cobrarle facturas, de buena presencia y buena verba.

José Eseverri perdió una elección con un oponente que, más allá de todas las diferencias políticas, tenía varias cosas en común con Juan Manuel García Blanco, el que derrotara a su padre.

García Blanco no se presentó a la reelección, por lo que no se sabe si ese votante medio olavarriense se desencantó de él. Ezequiel Galli sí revalidó sus logros políticos, con lo que demostró que no desilusionó a los que confiaron en él. Ayer volvió a demostrarlo.

En tanto, Maximiliano Wesner no consiguió despegar del piso que parece tener el peronismo en Olavarría. En los últimos treinta años el justicialismo presentó a elecciones a distintos candidatos con diferentes perfiles políticos. Siempre estuvieron lejos de ganarle a Helios Eseverri, pero mantuvieron un piso electoral muy importante.

Ese caudal se fue esmerilando poco a poco y finalmente parece haberse estacionado entre el 25 y el 30 por ciento. Maximiliano Wesner, su última figura, ha conservado ese volumen electoral pero no lo ha aumentado.

El resto de las agrupaciones políticas que participaron de los comicios de ayer no da la impresión que estén llamadas a dejar su huella en el paisaje político local. La excepción podría ser el partido de José Luis Espert y Celeste Arouxet, ya que un 7,31 por ciento en una primera presentación es ciertamente importante.

Habrá que ver si el fenómeno de esta nueva derecha liberal perdurará en el tiempo y ampliará sus actuales horizontes, lo que garantizaría el crecimiento de Avanza Libertad. Claro que todavía es temprano para predecir qué pasará con estos libertarios del siglo XXI, tan opuestos a los libertarios de un siglo atrás, que son los que acuñaron esa definición que englobaba a los militantes anarquistas.

En tanto, la izquierda tradicional parece tener en Olavarría un caudal electoral similar al que alcanza a nivel provincial y nacional. Es decir, suficiente para tener un valor testimonial pero lejos de lo necesario para conseguir representación en el cuerpo deliberativo, al menos en las actuales circunstancias.

El factor que altera todos los cálculos políticos es el grado de desencanto de la población con respecto a la actividad política. Las elecciones de ayer se desarrollaron en un contexto de notoria mejora de las condiciones sanitarias, tanto en Olavarría como en el resto de la provincia y del país.

También cuando se advierten los signos de una mejora en la actividad económica. A pesar de eso, los oficialismos nacional y provincial fueron castigados, exactamente como ocurrió en todos los países del mundo con las elecciones en tiempos de pandemia.

Cómo nadie sabe qué ocurrirá de acá a noviembre, formular cualquier clase de pronóstico respecto del futuro político del país es una aventura incierta.

En ese sentido, el panorama político de Olavarría parece mucho más predecible, ya que en las Paso de ayer hubo pocas sorpresas, aunque quizá haya habido alguna más importante para el futuro de lo que parece hoy.