Comunicación, funciones auditivas y deficiencia auditiva en el adulto mayor
"Existen varias formas de comunicación: interpersonal (de persona a persona, telefónica, interacción en grupo) y masiva (conferencias, radio, TV, cine). Para que la comunicación sea efectiva es necesario que el mensaje que desea transmitir el emisor llegue completamente a su interlocutor (receptor). Cuando el mensaje es emitido en forma oral, el requisito indispensable es que el receptor pueda oír adecuadamente", señaló la fonoaudióloga Alicia Maggiore.
"En el adulto mayor es frecuente encontrar una disminución de la agudeza auditiva (hipoacusia), lo cual afecta la capacidad de comunicación y como consecuencia produce una serie de efectos emocionales y sociales adversos como incomprensión, irritabilidad, resentimiento, baja autoestima, mutismo, aislamiento y depresión", agregó.
"El nivel de audición debe ser lo suficientemente bueno para escuchar las voces, poder oír sin problemas las conversaciones, los sonidos del medio ambiente y evitar situaciones peligrosas. Muy pocas personas son totalmente sordas; si puede oír algo no está sordo y es posible mejorar esa audición. Cuanto antes se detecte el problema auditivo, más pronto se podrá encontrar una solución", manifestó Maggiore.
"Muchos hipoacúsicos son reacios a admitir su problema. Aquellas personas cuya vida social o trabajo dependen de la conversación, son más susceptibles de someterse por iniciativa propia a una evaluación auditiva", explicó.
Por otra parte, la presbiacusia es el declive gradual de la agudeza auditiva en especial para los sonidos agudos, lo cual va empeorando con la edad. Las causas más frecuentes de pérdida auditiva son los relativos a la edad y la exposición al ruido. Una vez que se detecta la deficiencia auditiva es necesario:
- Aceptar que se tiene el problema.
- Reconocer que es propio y no de los demás.
- Consultar con profesionales adecuados (ORL y fonoaudióloga).
- No dejarse guiar por comerciales de poca confiabilidad.
La deficiencia auditiva es un problema, pero no necesariamente una invalidez. Sólo en un 10% de todas las pérdidas pueden aliviarse con cirugías o medicamentos, la mayor parte del resto requiere ayuda de audífonos seleccionados de acuerdo con el tipo de hipoacusia de cada persona, así como un proceso de adaptación minucioso para obtener resultados satisfactorios.
Actualmente, gracias a los avances de la tecnología existen prótesis auditivas muy pequeñas e imperceptibles que se colocan dentro del canal auditivo. Se denominan intracanales y son también personalizados, ya que por un lado son computarizados y se calibran con un programa específico en la computadora.
El audífono se adapta específicamente a la curva audiométrica del paciente (si el paciente presenta acúfenos, o el llamado comúnmente zumbido) y en muchas ocasiones también se logra enmascarar, aunque esto depende de varios factores.
También se dice que son personalizados porque al ir dentro del canal auditivo se realiza un molde con una pasta determinada, con el cual una vez realizado se hace el audífono para el paciente y esto permite una buena obturación del conducto e impide el acople (chillido). Se debe tener en cuenta que el audífono proporciona una amplificación del sonido que llega al oído interno y esto será de gran ayuda para compensar su pérdida auditiva.