Con una economía que viene resentida, los clubes se reacomodan a nuevas restricciones
Temen que los niveles de cobrabilidad bajen después de un 2020 muy difícil, pero mantienen la expectativa de volver pronto a la "nueva normalidad". Así, reorganizan actividades y horarios con la premisa de que estos espacios "tienen que seguir abiertos" con todos los recaudos que exigen estos tiempos.
Con una economía resentida producto de largos meses de cierre total durante el 2020, las entidades deportivas más importantes de Olavarría vienen de una economía resentida y comenzaban –algunos con más facilidad que otros- a acomodar sus finanzas.
Desde que se dieron a conocer las nuevas medidas de restricción, en los distintos clubes olavarrienses reorganizan horarios y establecen burbujas para amoldarse a un contexto sanitario complejo que busca frenar la creciente curva de casos por Covid y que obliga a no superar las diez personas en cualquier actividad, ya sea al aire libre como en lugares cerrados, con un horario de apertura que se reduce hasta las 20.
La premisa es que estos espacios "tienen que seguir abiertos" con todos los recaudos que exigen estos tiempos, aseguran dirigentes de distintos clubes mientras que mantienen las esperanzas de volver pronto a la "nueva normalidad".
Días antes de confirmarse la circulación comunitaria de las nuevas cepas de Reino Unido y Manaos, en Olavarría un decreto municipal comenzaba a concretar algunas restricciones y ya sobre el fin de semana pasado se oficializaba el retroceso a una fase 3 que se extendía a otras actividades como las deportivas.
Así, quedan suspendidas aquellas actividades que son "con o sin contacto, al aire libre o en espacios con amplia ventilación de más de 10 personas", dejando habilitado además los natatorios en grupos de hasta 10 concurrentes.
El temor más grande de quienes lideran los clubes es que esta nueva realidad genere como consecuencia una merma en el nivel de cobrabilidad, una situación que debieron atravesar en aquellos meses más duros del aislamiento.
Con aquel fantasma rondando, quienes lideran las distintas entidades deportivas sostienen que sería prácticamente imposible sostener sus estructuras y su recurso humano, teniendo en cuenta además que aún hay instituciones que "vienen arrastrando" las consecuencias en sus finanzas de largos meses de parate.
Los ingresos
La pandemia vista en distintas etapas forma parte del análisis de quienes fueron consultados por EL POPULAR. Coinciden en que en etapas donde las puertas debieron mantenerse cerradas "los niveles de cobrabilidad bajaron a un 40 o 50 por ciento", una realidad que en este 2021 "sería insostenible" para las economías de los clubes, argumentan los presidentes de Racing, Ferro y El Fortin; Mario Giacomaso, Roberto Vidal y Carlos Veneciano respectivamente.
Con una incipiente normalidad, los tres dirigentes ubican una segunda etapa de esta pandemia sobre octubre del año pasado, cuando comenzaban mayores reaperturas. "Empezaron a venir más chicos e incluso en todas las disciplinas nos superaban las inscripciones, por lo que debimos extender horarios también en los turnos de la mañana", recuerda Giacomaso al tiempo que sostiene la evidente necesidad de los niños, adolescentes y jóvenes de reencontrarse a través del deporte en un club que actualmente supera los 2 mil socios.
"Ahora estamos ordenados, pero no sobra nada", asume Roberto Vidal.
Con una cuota social que es "muy barata", los ingresos más importantes del Club Ferro llegan con la cuota de cada uno de los deportes, por lo que "enfrentar dos o tres meses pagando sueldos sin ese ingreso es imposible", apunta Vidal con la esperanza de que las restricciones no se mantengan más allá de este mes.
Dirigente del Club El Fortín, Carlos Veneciano hace eje en la imposibilidad de contar con la principal fuente de ingresos: los eventos. "Ese es nuestro caballito de batalla, los bailes, las cenas… Eso no existe desde hace un año y cuesta sobrevivir. Hacemos lo que podemos, surgen ideas que van tirándose arriba de la mesa pero son cada vez más acotadas porque también hay que tener en cuenta la realidad de cada familia que económicamente sigue siendo complicada".
Con una cantidad de socios que "se mantiene" y que hoy no representa una dificultad, la apuesta está este año en remontar las finanzas con los ingresos económicos de las distintas disciplinas deportivas. De allí que para los clubes es indispensable sostener esta apertura, aún con restricciones.
"Hubo una revalorización del deporte"
En Racing Club la inscripción a las diferentes disciplinas superó las expectativas y El Fortín registró una importante concurrencia a los distintos deportes, allí solo la Escuelita supera los 300 chicos. En Ferro, el fútbol femenino llega a las 40 chicas que concurren semanalmente, un número que es superado en otras actividades deportivas más tradicionales.
"Hubo una valorización del deporte y de los clubes", coinciden los tres dirigentes. Algo que antes de la pandemia era tan natural cobró más valor después de meses de aislamiento y tras una reapertura progresiva.
Ahora, ya con las nuevas restricciones oficializadas, todas las instituciones deportivas trabajan en una reestructuración planificada con poco tiempo pero con la necesidad de sostener las actividades en funcionamiento para garantizar la asistencia de aquellos que retomaron "con un entusiasmo que sorprende y muchísimas ganas de compartir, de socializar y de ejercitarse".
Reacomodarse implica una mayor carga horaria que posibilite la creación de varias burbujas, en algunos casos. En otros, en cambio, aquellas cuestiones edilicias y de infraestructura que permite una mayor capacidad para contener más burbujas al mismo tiempo al aire libre, necesitan más recurso humano.
Capacidad de reorganización y mucho ingenio, bajo estos ejes se trabaja por estas horas en los distintos clubes de Olavarría. "No estamos exentos del contagio, pero nuestros espacios están cuidados, con todos los protocolos necesarios para prevenir", remarcan mientras analizan que esta situación es sostenible en el corto plazo.
Por eso, también apelan a la responsabilidad individual y a la conciencia colectiva. Pasar por un cierre total o contener esta situación a largo plazo los impactaría de modo negativo nuevamente. Así, después de un año tan difícil y con nuevas restricciones que pudieran perdurar en el tiempo "se haría muy complicado poder aguantar".