Covid y estrés
Escuchar la palabra covid en primera persona por una embarazada genera un estrés y una angustia que, de no manejarse con equilibrio y tranquilidad, puede tener secuelas en el proceso de gestación.
Gabriela Gallastegui, jefa de Obstetricia del Hospital, analiza que "de entrada siempre les aclaramos que se queden tranquilas, que el bebé no está afectado por el covid, que no se contagia. Le marcamos todas las medidas de higiene que tienen que seguir para que se cuiden y estamos muy atentos al acompañamiento telefónico. Porque son pacientes que no pueden salir a hacerse el control porque tienen que hacer el aislamiento en sus casas. Muchas veces tenemos pacientes que están solas, con chicos chiquitos. El miedo está presente y lo ves porque te llaman permanentemente. Les damos las pautas de alerta por si aparece la fiebre o algún síntoma raro y les preguntamos todos los días. Cuando detectamos alguna paciente muy angustiada intervienen las chicas del área de Psicología".
La angustia no es buena compañera en el embarazo. Y es en el tercer trimestre en que, además, se suma el temor por la cercanía del parto. Si va a ser prematuro, si va a tener complicaciones, si algo puede llegar a salir mal. "Una paciente del ámbito privado a la que le da covid en el último trimestre tiene que parir sí o sí en el hospital porque en las clínicas no se atiende. Con lo cual dejan de estar en contacto con su obstetra de confianza. Le cambia el ámbito en el que estaban acostumbradas a manejarse. Y cuando se enteran por las redes de un caso de una paciente embarazada que va a terapia, todo se refleja en ellas. Para las embarazadas es angustiante. Con mucho miedo por el bebé".
En los nacimientos, durante este año y medio los protocolos fueron cambiando y se fueron ajustando a partir de los nuevos conocimientos que iban surgiendo. "Después de la primera cesárea de una embarazada con covid, la mamá estuvo 10 días sin conocer a su bebé por la posibilidad del contagio. Después, se empezó a ver que en realidad, con las medidas adecuadas -barbijo, higiene de manos, la distancia correcta para la cuna en la habitación- podían estar con su mamá y cambió muchísimo todo porque era tremendo que naciera tu bebé y no lo pudieras conocer. Lo pueden amamantar con las medidas adecuadas y siempre con un acompañante desde el círculo familiar para que les dé una mano con el bebé. Y no se corta el vínculo tan importante de las primeras horas de la mamá con su hijo. Hay situaciones que alteraron el momento tan maravilloso del nacimiento. Pero tratamos de que sea todo lo más parecido a la situación previa del covid".