La iniciativa es impulsada a través de la Red de Museos de los Pueblos Municipales de Olavarría perteneciente a la Subsecretaría de Gestión Cultural de la Municipalidad de Olavarría y busca concretar la inauguración de su octavo museo comunitario.

El sueño llevó tres años de trabajo ininterrumpido junto a los vecinos de la villa Alfredo Fortabat y desembarca en el edificio que perteneció al Hogar Infantil, el segundo jardín de infantes de la Provincia, construido en 1939 y abandonado desde los años 90. El proyecto contó con el aporte de la Fundación Loma Negra. La curaduría estuvo a cargo de Eleonora Cardoso, Agustina Lipovich y Maribel García.

Sentido de pertenencia

Todo comenzó a partir de la iniciativa de un grupo de vecinos quienes manifestaron en las redes sociales "Quiero, anhelo y deseo un museo para Loma Negra", pedido que fue escuchado por el intendente José Eseverri, al igual que los demás museos de la red, y desarrollado a través del área de la Red de Museos Municipales de los Pueblos, bajo la dirección de Maribel García.

El museo se construyó a partir del sentido de la palabra "hogar". Allí será posible encontrar sabores, aromas e historias que permitan conocer la vida de los primeros obreros y la de sus familias. Es que a partir de 1924, en tiempos de guerra, llegaron cientos de inmigrantes de veinte nacionalidades diferentes -que fueron trayendo a sus mujeres, hijos y paisanos- a trabajar en la fábrica de cemento, en búsqueda de trabajo y paz.

La museografía se construyó a partir de los testimonios y objetos cotidianos que fueron donados por los mismos vecinos, hombres y mujeres que hicieron de la Villa su hogar. La premisa del relato fue abrir lo que quedó guardado, callado y tejer la historia desde allí, dando lugar a los valores esenciales que aún están vivos en la vida de sus protagonistas, en sus hijos, nietos y bisnietos.

El sentir de la pertenencia y el anhelo por regresar a ese lugar donde es posible sentirnos seguros, con confianza, en familia, con amor, respeto y descanso. El proyecto es el anhelo cumplido de toda la comunidad y se cristalizó mediante la participación de las familias de la villa en todas las instancias del trabajo.

En cada rincón

En la primera sala, está la radio con música de inmigrantes, pasaportes, voces y relatos. También hay espacios con baúles y valijas, utensilios de cocina y la recreación de aromas y sabores en medio de un clima hogareño. Además hay un sector dedicado a las mujeres, que tiene como elemento esencial una tabla de lavar la ropa, que trae las voces de las mujeres que viajaron solas con sus hijos, desde sus países de origen para reencontrarse con sus maridos que ya trabajaban en la fábrica y donde muchas de ellas comenzaron a trabajar "para afuera", lavando la ropa de los obreros solteros. Estarán presentes sus vivencias, relatos y los de sus hijos, en torno a un fuentón de chapa.

La historia del trabajo en la fábrica de cemento se hará presente, por ejemplo, mediante las bolsas de cemento que se transformaban en paredes con las que forraban las casas de chapa, o de cielorrasos para los techos, repasadores bordados con el logo de la fábrica y hasta ropa interior.

"Lo que nos dijimos" se llama la sala donde están las cartas y tarjetas que se enviaban las familias en distintos idiomas y donde el visitante podrá escribir lo que no le dijo a alguien y que aún quedó pendiente, y sumarlo a todas las misivas.

La historia de la tierra, en tiempos de federales y unitarios, será parte de una historieta que el dibujante Guile trazó en una de las paredes, haciendo referencia a la batalla de San Jacinto, donde el cacique Cafulcurá vence las tropas de Mitre.

El recorrido continúa por la sala destinada al Hogar Infantil, el espacio donde funcionó ese jardín de infantes creado para que niños de familias de distintas nacionalidades pudieran hablar el mismo idioma. Allí, los vecinos podrán encontrarse en las fotos y en los archivos del jardín, una colección de diapositivas y revistas de educación, además de colgar en la pared la respuesta a una pregunta que todos podrán responder: "¿Qué aprendiste en el jardín de infantes?"

El viejo y recordado cine del pueblo, El Savoy, ha sido recreado en una sala donde se proyectarán documentales e historias de la villa, con una pochocolera que permitirá disfrutar de las palomitas de maíz. El depósito del Museo será visitable, así como el sector del deporte que permitirá ver una gigantografía donde los héroes del momento, los jugadores del Club Loma Negra que le ganaron a Rusia 1-0, aplauden a los héroes de Malvinas, un grupo de soldados recién llegados de la guerra, que se acercó a la cancha.

El Museo mostrará hacia afuera fotografías en grandes dimensiones que contarán la vida de la villa obrera, desde el trabajo de los picapedreros pasando por las familias con sus festejos, los lugares de encuentro y el mismo Hogar Infantil donde pasaron todas las generaciones de los lomanegrenses. Por eso, inaugurar el museo será para todos abrir las puertas de lo que es el hogar de todos.