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"Soy entrenador de rugby desde hace 35 años, mucho antes de ser médico", dice el hombre que hace 12 meses es el responsable político de la lucha sanitaria más grande en la historia de Olavarría y del planeta en el último siglo.

Salvo al interior del rugby de Estudiantes, donde es muy respetado por sus conocimientos y muy valorado por sus cualidades humanas, en el otro yo no tan conocido de Germán Caputo se descubre un apasionado por el rugby, amante de los deportes, ávido lector de "El Gráfico" cada martes de su niñez y adolescencia antes de sumergirse en los libracos de medicina.

"Seguramente por eso fue que, viniendo de una familia de cirujanos, me terminé inclinando por la traumatología" reveló el otro Caputo, amable como el que se ha plantado en cada conferencia de prensa durante la pandemia para comunicar cosas no siempre agradables, pero mucho más distendido este sábado post entrenamiento del M16 albinegro.

"Nací en Caballito, e iba a un colegio donde enseguida empecé a jugar al rugby. Pero vivíamos en San Isidro, tenía un velero y el contacto con el rugby fue muy cercano. Jugué 12 años en primera división y, como siempre me gustó entrenar, empecé siendo entrenador de mis hermanos más chicos" contó.

Su pasión por el deporte la volcó también en la lectura. "Toda mi vida leí ‘El Gráfico’; los días martes iba a corriendo al kiosco a buscar la revista" evocó Caputo y enseguida se puso a cantar sin pifiarle en la letra, pero con una entonación particular, aquella recordada publicidad radial que empezaba diciendo: "El martes es el día del deporte, porque en cada rincón de la Argentina, El Gráfico en el kiosco de la esquina...".

Germán defendió las camisetas de La Salle en la etapa colegial y del San Isidro Club (SIC) en los certámenes de la URBA, donde tuvo como compañeros a dos ilustres ex Pumas, como Diego Cuesta Silva y el carismático y mediático Serafín Dengra.

"A Serafín lo conozco de chiquito. Siempre fue un loco lindo" acotó.

Al tiempo que Dengra era la más explosiva aparición del rugby argentino, Caputo recibía una citación para integrar la preselección M18 de Buenos Aires.

"Yo jugué toda la vida de pilar izquierdo y también jugué de ala. Por eso si me miran bien, tengo mordida la oreja derecha. Fue un tarascón, je" bromeó.

La "lesión" derivó en un hematoma muy grande que su padre (médico) drenaba cada dos o tres días para poder seguir jugando, y de allí quedó la marca. "Si me ves, tengo la oreja derecha muy distinta a la oreja izquierda" dijo, como saldo de su paso por el rugby.

Jugó mucho y miró mucho más rugby aún.

En la prepandemia cada fin de semana se iba para Buenos Aires a ver jugar a sus hijos.

Su modelo de jugador fue un octavo maorí que defendía la camisera de los All Blacks.

"Yo miraba mucho a Nueva Zelanda de mediados de los 80 y para mí Wayne Shelford fue el mejor jugador del mundo de todos los tiempos. Medía 1,82, pero era un tractor adentro de la cancha, que entre cinco lo tenían que bajar. Es el día de hoy que hablo de Shelford y me emociono" confesó.

Le gustaba la Inglaterra de Jonny Wilkinson (mejor jugador del mundo en 2003, extraordinario pateador y campeón del mundo el mismo año en Australia), pero también la última Inglaterra de Owen Farrell y Anthony Watson.

Nicky Lauda fue su otro ídolo juvenil. "Era extraordinario; lo seguí con todas las marcas. Lloré el día que estaba corriendo la carrera en Nürburgring y vi cómo se le prendía fuego el auto".

Adentro de la cancha siguió hasta que un lunes se convenció de que no podía compartir el rugby con la medicina.

"Era residente, uno empezaba a entrenar menos, pero seguía jugando, y me acuerdo que llegué al hospital y no podía ni moverme. Mi jefe me dijo ‘doctor, estoy con una epicondilitis y no voy a poder operar este paciente, lo va a tener que hacer usted’. Sufrí terriblemente esa revisión de cadera en un paciente de 130 kilos, y por respeto a los pacientes y a mis compañeros dije ‘nunca más voy a jugar a esto’. Me dediqué a mirarlo de afuera, acompañar y ser entrenador" recordó.

Eso fue a fines de los 90. Con su esposa también médica se radicaron en Olavarría, enseguida se sumó al rugby de Estudiantes y no demoró mucho en tomar las riendas de la primera división junto con Pacho Davant y Pablo De Zorzi.

"Fue una época muy linda, se armó un lindo equipo" rescató.

Siguió el recorrido de sus hijos en el deporte, y cuando el más chico se volcó al rugby, Germán Caputo reincidió en la dirección técnica. "Así quedé enganchado en el club y aún sigo" dijo.

Su profesión de traumatólogo, su rol político, más la pandemia mucho espacio no le dejan a lo largo de un día, pero él no se permite tampoco dejar al rugby.

"Por una cuestión de tiempo no puedo ser entrenador principal, ni manager, sólo entrenador de fowards. Me asocié con Marcos Coalla, que sabe mucho de rugby, estoy junto a él, siempre por supuesto a las órdenes de una comisión de rugby que trata de sumar, y hace que el rugby en Estudiantes sea algo muy agradable, muy familiar" subrayó.

Más que nunca, con esta nueva normalidad su rol en el cuerpo técnico de Estudiantes es un cable a tierra: "A veces no tengo ganas de ir porque estoy cansado, y mi señora me dice ‘andate al entrenamiento’ y después pienso ‘menos mal que me echó porque la estoy pasando bárbaro’ y encima me voy y vuelvo en bicicleta, entonces es un momento agradable del día".

Caputo venía de tres o cuatro años con la división M19 de Estudiantes y este año le toca entrenar a los fowards de la M16.

"En principio lamenté cambiar de grupo, de chicos, pero me encontré con un grupo fantástico y ahora estamos esperando la competencia. Me gusta, es importante, soy muy competitivo, me gusta ganar siempre" reconoció.

El médico está cada vez más cerca de ingresar a la charla, pero antes de retomar el rol más conocido y reconocido dejó una sentencia: "Tenemos un equipazo M16; los estoy conociendo de a poco. Tengo fowards de muy buen tamaño, tienen buena técnica y estamos tratando con Marcos y con Federico, el otro entrenador, de otorgarles un poco de organización, sistemas de juego y demás, porque están acostumbrados por una cuestión de edad a agarrar la pelota y darle para adelante".

Descartó su participación en las elecciones: "Tengo una lucha totalmente distinta al tema electoral"

El secretario de salud de la municipalidad de Olavarría, doctor Germán Caputo, abordó varias cuestiones de actualidad vinculadas con la pandemia, con eje en la campaña de vacunación contra la COVID-19.

"La vacunación se está cumpliendo según el turnero, muy prolijamente, con una muy buena coordinación con la gente de Provincia. Tenemos el problema que existe en todo el mundo, que es la escasez de vacunas, pero era algo que estaba previsto" expresó Caputo.

El funcionario se refirió a las distintas reacciones post - aplicación en los beneficiarios de las tres vacunas que se han inoculado en Olavarría, primero la Sputnik V, luego la Covishield y desde el final de la semana pasada la Sinopharm.

"Estamos haciendo con la gente de epidemiología una recolección de datos, y el porcentaje de efectos adversos es del 2%. Son mialgia, fatiga muscular, cervicalgia, algunos tienen fiebre y un porcentaje muy, muy leve requirió algún tratamiento" describió.

"Todavía no está bien estudiado de qué dependen las distintas reacciones. Yo tengo mi teoría, que depende de cómo está el organismo en el momento de la aplicación. Si tiene algún tipo de anticuerpo es como que enseguida reacciona y genera esos efectos, si no los tiene los va a ir fabricando y uno lo pasa mejor" analizó.

Caputo reiteró, como la mayoría de los trabajadores de la salud, que la vacunación hoy no es el final de nada: "La vacuna es una pata más que tenemos en la ayuda para evitar los contagios, pero aún no tiene peso como para disminuir la cantidad de contagios".

"Hay que seguir con los cuidados que comentamos siempre para que vayan disminuyendo y en la medida que haya más porcentaje de población vacunada vamos a ver una baja" aconsejó.

Con la llegada de marzo habrá gente que coincida en la aplicación de algunas de las vacunas contra el coronavirus y la tradicional antigripal.

"En estos momentos se conocen distintos trabajos. Algunos dicen que no existen contraindicaciones para aplicarse las dos vacunas simultáneamente y otros que debe pasar un mes entre una aplicación y otra. En principio digo que debería pasar un mes entre ambas" consideró.

Caputo habló de la posibilidad que una segunda ola llegue al extremo de hemisferio sur, con la cepa brasileña amenazando del otro lado de la frontera.

"Estimamos que podría venir un virus con mayor circulación y podría infectarse mucha gente. La cepa brasileña parecería controlarse con la vacunación, pero debemos estar atentos para ver si es más contagiosa o más virulenta" apuntó.

"Ojalá que me equivoque, que se vacune mucha gente, y lo que estamos analizando con mi gente y con el Ejecutivo, llegado el momento digamos ‘no vino la ola’, y mucho mejor para todos" planteó Caputo.

Mide bien en las encuentras, mencionado como candidateable para octubre, Caputo negó la posibilidad de aparecer en alguna lista de JxC: "Yo tengo una lucha totalmente distinta al tema electoral, y es con la pandemia. Lo mío es muy técnico. Si bien leo de política, me gusta que al país y a Olavarría le vaya bien, ni se me pasa por la cabeza. Está mi mente centrada 100% para que Olavarría, la Provincia y el país anden bien en salud".