Entre el descongelamiento, la pérdida de rentabilidad y otro posible congelamiento
El gobierno nacional decidió el pasado 31 de marzo no renovar el decreto que establecía el congelamiento del precio y la prohibición de los desalojos. La oferta, la demanda, los valores en la Ciudad.
El congelamiento evitó que ocurran las actualizaciones en el precio de los alquileres que estaban pactados en los contratos.
Desde el 1 de abril estos contratos podrán actualizarse y las familias que hayan acumulado deuda tendrán la chance de acordar planes de pago de hasta 12 cuotas contemplados en la normativa, o enfrentar juicios de desalojo.
También entró en vigencia una nueva ley de alquileres, aprobada en junio por el Senado, que modificó la extensión de los contratos de dos a tres años y el índice de ajuste que se podrá aplicar anualmente: la fórmula dependerá un 50% del avance de la inflación y un 50% del "índice Ripte" que mide los salarios promedios.
¿Habrá nuevo congelamiento ante la escalada de la crisis sanitaria?, fue la pregunta formulada días atrás a un alto funcionario del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que conduce el ex intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi.
"Eso es un resorte exclusivo del presidente de la Nación" respondió una fuente de la Secretaría de Desarrollo Territorial.
Con este panorama, y ante las nuevas reglas de juego, agentes inmobiliarios de Olavarría analizaron la situación del mercado y coincidieron en afirmar que -con los valores que se manejan- para los inquilinos dejó de ser una renta alquilar.
"Yo no creo que se lleve a cabo un nuevo congelamiento" especuló Mauro Sáez, de la Inmobiliaria que lleva el mismo nombre.
"Un inmueble, para ser rentable, tendría que dar por lógica casi el 1% mensual y hoy están dando el 0,2%. Si todavía se llegan a congelar los alquileres, le toca un inquilino que no paga, o inquilinos que entregan destruidos el inmueble y el propietario debe seguir pagando los impuestos, no le conviene seguir alquilando. Hoy son más pérdidas que ganancias, lamentablemente para el propietario" afirmó.
"El congelamiento ha defendido más al inquilino que al propietario, pero convengamos que los sueldos de la gente no fueron a la par de la inflación y si aumentáramos los alquileres tampoco lo podrían pagar. Uno debe ser consciente y poner en la balanza las dos cosas: defender al propietario, porque pone el capital, y defender al inquilino porque los salarios no han aumentado" analizó.
"Nosotros vemos en Olavarría una realidad que va de estable a normal. No han aumentado los alquileres de los departamentos, sí los de casas, pero casi no hay oferta en el mercado, esa es la realidad" dijo Sáez.
En cuanto a valores, mencionó que un departamento de dos ambientes oscila entre 9.500 y 12 mil pesos mensuales, uno de tres ambientes con dos dormitorios va de 17 a 24 mil pesos, mientras que las casas arrancan de un piso de 28 a 30 mil pesos, "el tema es que no hay casas disponibles".
En el post descongelamiento, Sáez reveló que "los inquilinos debieron pagar el retroactivo que estaban adeudando. Hay un rumor de que podrían volver a congelarse, pero no tenemos información, ni nos avisaron desde el Colegio de Martilleros tampoco sobre el tema de desalojos".
Silvio Aller, de Aller Propiedades, coincidió con la mirada de su colega: "Los alquileres van para atrás. Lo concreto es que están bajos, y de acuerdo con lo que salen las propiedades alquilar no es rentable para nadie".
"Hay demanda, pero no la que teníamos antes. La mayoría de los chicos que vienen a estudiar a Olavarría han entregado las propiedades y, lo que nunca, si hoy me piden un departamento de un dormitorio para alquilar, tengo 5 para mostrarles. Hacía mucho tiempo que no me sucedía" confesó.
El fenómeno remite a que los jóvenes universitarios, al estar inmersos en la virtualidad, han dejado de cursar en la Ciudad.
"Muchos estuvieron pagando hasta un año sin venir, pero llegó el momento que entregaron las propiedades. He hablado con colegas y, como me pasó a mí sucedió con ellos. Por eso hay tantos departamentos disponibles" comentó.
No obstante, dijo que "hoy en día existe más demanda de alquiler que de compras. Sobre todo de casas, pero la oferta es poca".
Por otra parte, Aller entregó su visión sobre la eventualidad de un nuevo congelamiento en el precio de los alquileres: "Me parece que no conviene estirarlo. Le va a seguir jugando en contra a los propietarios. Hay alquileres que han quedado bajísimos, más allá de que se estén ajustando".
"Hay que ver en julio, cuando se actualicen de acuerdo con la nueva ley. Hoy una propiedad no es rentable; alquilar un departamento en 10 mil pesos es una irrealidad, pero los salarios tampoco ayudan para actualizar esos valores. Un inmueble de 50 metros cuadrados tendría que estar, mínimo, a 15 mil pesos y hoy estamos hablando de entre 8, 9, 10" acotó.
"Antes de tenerlo desocupado, algunos usuarios prefieren alquilarlos a un menor valor, pero eso arrastra todo tipo de irregularidades. Al hacer las cosas mal el dueño trata de no declarar el contrato en ARBA, para no ser monotributista y tener otro gasto, y por ende no se termina cumpliendo nada" lamentó.
Melisa Schwab es la propietaria de Inmobiliaria Schwab. "Quizás no puedo ayudar mucho en el informe porque en mi caso viene bien" fue su paradójica reflexión.
"No me permití parar durante la pandemia, veía que los inquilinos querían pagar y los propietarios querían cobrar, entonces siempre se buscaba la manera de que eso se pudiera concretar sin que los inquilinos salieran de la casa" resaltó.
"Eso hizo que mis inquilinos no se atrasaran, salvo uno que realmente se vio afectado. Cuando se implementó el congelamiento, en mi caso a todos los que les tocó prefirieron seguir pagando con aumento porque no sabían en qué situación se iban a encontrar cuando se venciera y tuvieran para afrontar los ajustes" relató.
Congelamiento sí, o congelamiento no, Melisa subrayó que "como en mi caso los inquilinos vienen bien, no va a impactar ninguna medida porque ellos saben que van a seguir cumpliendo el contrato como se pactó".
En la cuestión universitaria, expresó que los "papás de los estudiantes siguieron pagando desde marzo, sin saber si los chicos van a poder venir a la Ciudad. Lo sostienen porque saben que cuando puedan venir a cursar tal vez no consigan, porque para mí Olavarría aún no está preparada para la cantidad de estudiantes que vienen desde otros lugares".
Coincidiendo con Aller y Sáez, Schwab opinó que "ha habido incrementos, pero los propietarios siguen perdiendo rentabilidad. A los inquilinos se les ha aumentado, pero los sueldos no han creciendo, entonces está complicado para las dos partes".
"La nueva reforma no va a ayudar mucho, porque al locatario le va a resultar más caro ingresar, al ser los contratos por tres años" anticipó.